domingo, 4 de noviembre de 2012

El Suicidio en Platón

El tema del suicidio no es una cuestión relevante para la preparación de esta asignatura o para la prueba de selectividad (tampoco para comprender la filosofía de Platón en general). Sin embargo, ya que ha sido preguntado en clase, lo comento brevemente. Parece ser que en toda la obra de Platón solamente hay dos escuetas referencias al tema (Fedón y Las Leyes). En ambas, la postura de Platón es contraria al suicidio.
La referencia más interesante creo que es la de Fedón, aunque lo importante no es tanto el suicidio en sí cuanto las reflexiones sobre la muerte en general. El tema aparece en relación con la muerte de Sócrates. La alusión se reduce prácticamente a afirmar que el suicidio no es lícito (61c) y que es impío (62a). Sócrates afirma que los dioses son los que cuidan de nosotros y que nosotros somos una posesión de los dioses, por eso uno no debe darse muerte a sí mismo hasta que el dios "envíe una ocasión forzosa" ("una orden formal" en otras traducciones) como la que en ese momento se le presenta (la condena a muerte) (62c).
 El discurso de Sócrates es básicamente una justificación de su actitud ante la muerte (actitud que pudiera ser interpretada en términos de suicidio -como ya he comentado en clase, algunos autores consideran la muerte de Sócrates desde esta perspectiva). Concretamente, Sócrates se defiende del reproche que le hacen Cebes y Simmias sobre lo fácilmente que acepta la muerte (63a); a lo que Sócrates responde: "Pues creo que vosotros decís que me es preciso defenderme contra ese reproche como delante de un tribunal" (63b). En resumen, Sócrates justifica así su actitud ante la muerte:
La muerte es la separación del alma y el cuerpo. El filósofo libera su alma al máximo de la vinculación con el cuerpo, en este sentido "los que de verdad filosofan ... se ejercitan en morir" (67e). Por tanto, la completa separación del alma y el cuerpo (la muerte) no es un problema para el filósofo, ni es algo que éste contemple con temor. Sócrates señala a su interlocutor que si ve a un hombre que se irrita por ir a morir puede concluir que no es filósofo, sino un amigo del cuerpo, y probablemente también de las riquezas y de los honores (68bc).

Finalmente, respecto al suicidio hay que tener en cuenta que la muerte no es inmediata y necesariamente "buena" para todo el mundo, sino que depende de la vida que se ha llevado. En este sentido cabría interpretar que el suicidio no es un buen paso, una acción apropiada, en el correcto camino hacia la muerte, que es el camino de la filosofía.

Fedón (Gredos. Diálogos III). Traducción de Carlos García Gual