lunes, 10 de diciembre de 2007

LA CAVERNA


El mito de la caverna que hemos encontrado en LA REPÚBLICA de Platón ha inspirado numerosas reflexiones y distintas obras, algunas de ellas novelas recientes como las de José Saramago y José Carlos Somoza. Tú mismo puedes navegar por internet buscado referencias y curiosidades. A continuación te indico algunos ejemplos:


SIGUE NAVEGANDO
:
-MATRIX (la película)
-LA VIDA ES SUEÑO de Calderón

sábado, 1 de diciembre de 2007

Orientaciones para preparar el examen de la primera evaluación

LIBRO:
-Los sofistas y Sócrates, Platón, Epicuro (se verá también algo de Aristóteles)
FOTOCOPIAS:
-La universalidad del Bien: además de presentar algunos temas esenciales de Platón, es útil para compararlo con los sofistas y para "valoración y actualidad".
-La educación de los gobernantes (incluye también unas líneas sobre "El gobierno del sabio"): importante para todo lo que se refiere a la educación, a los "guardianes" o gobernantes -por tanto, también al estado o a la política-, así como al conocimiento del Bien. Incluye también una parte (en torno a la pp. 179-180) que concierne a la alegoría -o símil- de la línea, en especial sobre la distinción entre razón intuitiva (dialéctica) y razón discursiva.
-WEB Filoal2: Ver las entradas sobre Platón, Epicuro y Selectividad (v., temas y categorías), también puedes consultar lo que estoy introduciendo sobre los sofistas. El contexto de Platón no entra en este examen.
-No olvides repasar los apuntes y el texto de selectividad (libros VI y VII de La República de Platón) poniéndolos en relación con todo lo anterior.

viernes, 30 de noviembre de 2007

Cuestionario Platón. Actualidad y Valoración

ALGUNAS CUESTIONES PARA REFLEXIONAR SOBRE "ACTUALIDAD Y VALORACIÓN"

1) Como sabes el modelo político de Platón no es democrático ¿Qué aspectos negativos y qué aspectos positivos encuentras en ese modelo?

2) ¿Crees que existe solo una verdad, o algunos principios morales universales, o más bien que la opinión de cada uno es igualmente cierta o aceptable? ¿Cómo podemos saber qué es lo mejor? (El relativismo).

3) Platón concede una gran importancia a la educación, pero tal y como se muestra en el mito de los metales piensa que hay cualidades naturales que nos hacen mejores (¿superiores?) o peores (¿inferiores?). En tu opinión qué es más importante la educación o las cualidades naturales (v., la entrada sobre el psicólogo Steven Pinker).

4) Reflexiona sobre la relación entre ética y política. Dos aspectos diferentes de la cuestión: Todos los gobiernos totalitarios intentan controlar la moral de los ciudadanos de una forma u otra, por otra parte, algunos políticos muestran con demasiada frecuencia un comportamiento inmoral.

5) ¿Crees que el mito de la caverna se puede aplicar de alguna manera al mundo contemporáneo? (La caverna mediática, la novela de Saramago, etc.).

6) El dualismo de Platón supone una desvalorización del mundo sensible, de los sentidos, del cuerpo, y de las emociones frente a la razón. ¿Estás de acuerdo con esa actitud? ¿Crees que la realidad y el propio ser humano se pueden dividir en dos aspectos o partes de una manera tan tajante? (Dualismo. Mente y cerebro. Inteligencia emocional, etc.)

7) Sobre "individuo y comunidad": ¿Hasta qué punto la libertad y la felicidad individuales deben estar sometidas al bien del Estado? ¿Cómo se determina el bien común?

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Epicuro

EPICURO Su escuela (más bien un grupo de amigos) se encontraba en el jardín de su casa y a ella podían acudir, a diferencia de lo que ocurría en otra escuelas, mujeres y esclavos. Llevaban una vida modesta y tranquila. La ética de Epicuro relaciona virtud, placer, y felicidad mediante el cuidado del cuerpo (vida sana) y del espíritu (podríamos decir también "del alma", pero recordando que para Epicuro se trata de algo material y mortal -como la mente-), para lo que resulta imprescindible un conocimiento correcto de la realidad, ya que hay creencias erróneas que son un obstáculo para la felicidad. La explicación de lo real y la ciencia sirven a los epicúreos para evitar la inquietud que proviene de lo desconocido y la que se origina en las explicaciones incorrectas (como las creencias supersticiosas). La filosofía nos dice qué pensar y cómo vivir para ser felices (lo que implica un determinado concepto de felicidad: básicamente, la ausencia de sufrimiento y la paz espiritual). Su objetivo es fundamentalmente práctico (no el conocimiento en sí mismo): mientras que la medicina se ocupa del cuerpo, la filosofía se ocupa de la salud del alma, es sobre todo -aunque no exclusivamente- un arte de vivir, una ética. Para Epicuro no todos los placeres son iguales, son preferibles los duraderos frente a los fugaces y los de carácter espiritual frente a los más materiales, sin embargo, esto no significa un desprecio de los placeres sencillos asociados al cuerpo, especialmente cuando responden a la satisfacción de una necesidad básica, como beber agua cuando se tiene sed. Por otra parte, ya sabemos que a veces es preferible elegir un dolor (mal) o rechazar un placer (bien) si tenemos en cuenta las consecuencias. [Entre nosotros: creo que una sugerencia de Nietzsche proporciona una clave para entender al filósofo griego. Epicuro estaba enfermo y trato de imaginarme lo que es el placer para un enfermo, principalmente no sentir dolor, poder disfrutar de las cosas sencillas que nos gustan y nos proporcionan bienestar. De alguna manera, para el enfermo, la felicidad sería el estado normal].

EPICURO FRENTE A PLATÓN:
La filosofía epicúrea se distingue por un claro rechazo de los postulados básicos del platonismo. Frente a la duplicación de mundos, el sensible y el inteligible, el terreno (mundo de las cosas) y el ideal, Epicuro afirmará la existencia de una única realidad: la sensible, y de un único conocimiento auténtico: el caracterizado por los sentidos corporales. Por tanto, también en lo referente a la teoría del conocimiento Epicuro se opone a Platón (y se encuentra más cerca de Aristóteles para quien todo concepto general proviene de la experiencia). Aunque Epicuro distingue tres elementos del conocimiento: las sensaciones (el testimonio de los sentidos), las preconcepciones y las afecciones, las más importantes son las primeras, es decir, la información que nos dan los sentidos, ya que todo conocimiento o juicio mental posterior se basa en los datos proporcionados por los sentidos.
Frente a la supuesta dualidad del cuerpo y el alma, que es espiritual, trascendente e inmortal, Epicuro sostendrá que el alma es también cuerpo, y que perece como tolo lo corpóreo, al disgregarse los átomos que la componen [Epicuro era seguidor de las teorías atomistas de Demócrito]. Frente a la exigencia de unos valores éticos absolutos y la búsqueda de una utópica sociedad perfecta, mediante el gobierno de los filósofos [...], Epicuro predica una moral en la que el bien no es algo en sí, trascendente, sino que está referido al placer humano, y deja de preocuparse de un orden justo para la sociedad [el desinterés por la política es característico del período helenístico al que pertenece Epicuro, y está relacionado con la decepción que han provocado tanto la política práctica como las teorías políticas] (Tomado y parcialmente adaptado de Epicuro, C. García Gual, Alianza, pp. 46 y 83). Además, como hemos visto, para Epicuro el conocimiento por sí mismo carecía de valor si no estaba al servicio de la felicidad.
Epicuro se oponía claramente al idealismo platónico.

Para Platón la felicidad individual debe subordinarse al orden de la sociedad, a la organización del estado (lo que denomina justicia) [reflexiona sobre esto en relación con la cuarta pregunta de selectividad]. Un orden que postulaba en nombre de una verdad ideal que solo unos pocos pueden conocer, y que es recibida con perplejidad por los que, en cierto modo, siempre estaremos en el interior de la caverna. Como afirma García Gual en el libro que venimos citando: Epicuro "no creía en ese mundo superior de las Ideas platónicas, sino que negaba su posibilidad; creía, sin embargo, que el filósofo alcanzaba el conocimiento de lo real y que eso le deparaba la base segura para ser feliz; pero no postulaba que debiera arriesgar su tranquilidad intentanto remediar los descarríos de la sociedad ni la torpeza de la mayoría..., no postulaba utopías de ningún tipo" (pp. 69-70).

martes, 2 de octubre de 2007

LOS SOFISTAS-2


[Texto basado en las obras Les Grands Sophistes dans l'Athènes de Péricles de Jaquelline de Romilly, y De los Sofistas a Platón de Tomás Calvo]

J. de Romilly parte de la distinción entre los grandes sofistas y sus seguidores o discípulos, para no atribuir a los primeros los errores y la eventual inmoralidad (o amoralidad) de los segundos.

I. SURGIMIENTO Y ÉXITO DE LOS SOFISTAS.
El movimiento intelectual y cultural de la sofística se produce durante la segunda mitad del siglo V (a. C.). Los dos sofistas más importantes son Protágoras que llega a Atenas en torno al año 450, y Gorgias, que lo hace en el 427, después de la muerte de Pericles. Gorgias, al igual que Prodicos e Hipias, aún vivían cuando tuvo lugar el proceso contra Sócrates en el 399.
Como dijo uno de los sofistas, Trasímaco, "mi profesión es el saber". A eso se dedicaban, pero no en el sentido de los filósofos (la búsquedad de la verdad), sino en tanto que eran maestros en el arte de hablar y de argumentar. Su profesión consistía básicamente en transmitir cierto saber, y en esta medida, eran profesionales de la enseñanza. ¿En qué consistía ese saber? En primer lugar eran profesores de retórica, enseñaban a hablar en público, a defender las ideas en la asamblea del pueblo o ante los tribunales. Y esto en un momento histórico en el que saber hablar en público, argumentar, convencer a los ciudadanos, tenía una gran importancia política. Por eso también se decía que eran profesores de política.

II. UNA ENSEÑANZA NUEVA.
La educación tradicional de los niños atenienses se basaba en la gimnasia, la música (en un sentido más amplio que el actual), y la lectura de los poetas, especialmente Homero. No existía educación superior (salvo la que obtenían de manera informal los discípulos de los filósofos al acompañar a sus maestros y al conversar con ellos). Los sofistas transformaron esta situación al ofrecer una formación para los adultos interesados en participar en la vida de la polis: a cambio de una remuneración enseñaban una determinada técnica, la técnica retórica o política. Por el contrario, los filósofos no cobraban y no enseñaban una técnica para buscar un resultado rápido y un éxito práctico, sino que estaban interesados en la búsqueda de la verdad.
Sócrates fue, en ocasiones, confundido con los sofistas (v., por ejemplo, Aristófanes) porque su forma de hacer filosofía era semejante (el dominio de la palabra y de la argumentación), sin embargo, el contenido y el objetivo eran claramente distintos, como Platón no deja de señalar.

La novedad que supuso la enseñanza de los sofistas suscitó dos grandes debates:
1-Por una parte, la oposición entre inteligencia y deporte (Romilly, 69). En la educación tradiacional los jóvenes se entrenaban en la palestra y se preparaban para los juegos. La belleza física era un valor importante, frente a todo esto aparecía ahora la preparación intelectual.
2-El segundo era de mayor calado y sigue siendo, en cierta manera, actual: la oposición entre herencia (naturaleza -physis-) y educación (Romilly, 80). Cuando los sofistas aparecieron se consideraba que la areté (recuerda el origen etimológico de "aristocracia") se heredaba, pero ellos propusieron enseñarla, por tanto, se podía adquirir [esto supuso también un cambio en el concepto de areté]. Algunas de las cuestiones que se plantearon siguen siendo, como digo, actuales: ¿cuáles son los límites de lo se puede enseñar? ¿cuál es el poder de la educación, hasta qué punto puede influir en las personas? ¿es necesario tener cualidades naturales, cuál es su importancia? ¿el que es malvado puede ser educado para cambiar? ¿se podría decir que es malvado por naturaleza?
La posición de Protágoras, como más tarde la de Isócrates, es razonable y matizada: ambas cosas importan: cualidades naturales y educación (¿Pero qué es más importante, las primeras o la segunda?...).
III. UNA EDUCACIÓN RETÓRICA
La enseñanza de la retórica.
IV. LA DOCTRINA DE LOS SOFISTAS. LA TABLA RASA
Los sofistas no solo enseñaban una técnica y unas destrezas, sino que también poseían una doctrina propia, una filosofía, sus puntos más destacados son:
-Los dioses y la religión.
-El relativismo.
-Physis y nomos, naturaleza y convención. Me detendré algo más en este punto.
La distinción entre physis y nomos tiene un aspecto positivo y un aspecto negativo. Por una parte, la distinción se corresponde con el espíritu cosmopolita y relativista de los sofistas: los sofistas descubren que muchas reglas y costumbres no son sino creaciones humanas (sociales, culturales). El caracter artificial de estas reglas se manifiesta en contraste con lo que se considera natural (o, frecuentemente en la tradición griega, de origen divino). Encontramos el aspecto positivo cuando, por ejemplo, se afirma que todos los hombres son iguales por naturaleza. Así, el estatuto de bastardo se debe a una ley (nomos, convención), pero desde el punto de vista natural no hay bastardos, sino simplemente hijos. Lo mismo podría decirse con respecto a la esclavitud (y la misma lógica estaría también detrás de la diferencia actual entre sexo y género, y de la posibilidad del análisis crítico de las diferencias de género). [Parece ser que Antifón afirmó la fraternidad natural de todos los seres humanos].

Respecto a la interpretación negativa, tenemos el ejemplo de Trasímaco (aunque a través de las palabras que Platón pone en su boca en La República). Según Trasímaco, lo justo no es sino el interés del más fuerte. Aquí "lo justo" está tomado en un sentido empírico, es decir, lo establecido por las leyes y por el poder político en un momento dado y en un determinado lugar. Desde este punto de vista las leyes son dictadas por quien tiene el poder para hacerlo, y lo hará de acuerdo a sus intereses. En este sentido, la justicia establecida por la ley [compárese con la distinción entre lo justo y lo legal] no es sino el interés del más fuerte, entendiendo que el más fuerte es el que tiene el poder para dictar y aplicar la ley. Hasta aquí es difícil apreciar alguna connotación negativa, más bien se trata de una descripción (crudamente) realista que muchos de nuestros contemporáneos asumirían.
V. LOS PELIGROS DE LA TABLA RASA
-El inmoralismo y la ley del más fuerte.
VI. LA RECONSTRUCCIÓN A PARTIR DE LA TABLA RASA
-Aunque algunos sofistas (o algunas de sus ideas pueden ser utilizadas en este sentido) cercanos al inmoralismo, hay otros más constructivos.
-Es cierto que la ley es una convención, pero es una convención buena y sana, preferible a lo que ocurre en la naturaleza.
VII. LA RECUPERACIÓN DE LAS VIRTUDES
-La idea de utilidad sustituye a la idea de verdad (ejemplo de la medicina).
-Hay una serie de virtudes que convienen a la existencia de la polis: por ejemplo, la justicia y la moderación.
-La crítica de los valores en el plano metafísico convive con su reaparición en el plano de la utilidad humana.
VIII. LA POLÍTICA
La política ocupa un lugar importante dentro de la actividad de los sofistas. J. de Romilly distingue dos formas: la política interior y la de la relación entre los pueblos.
Según la autora, mientras que Protágoras debía estar vinculado a la democracia moderada, otros grandes sofistas parecen más cercanos a las ideas oligárquicas. Pero, en conjunto, mostraron cierto interés por la reflexión política prefigurando un nuevo saber.
En realidad, como la autora indica en distintas ocasiones, casi todo se basa en interpretaciones y en testimonios indirectos. La excepción es el caso de Trasímaco (pp. 310 ss.).
Desde el punto de vista de la relación entre los pueblos, los sofistas encarnan tanto el primer espíritu cosmopolita como la idea de una unidad griega (panhelenismo), invitando al entendimiento entre los griegos frente a enemigos exteriores. La autora subraya en este sentido el papel de Gorgias.

Y RECUERDA:
-La posición más adecuada normalmente se encuentra entre el "todo vale" (todas las opiniones son iguales y no hay más que opiniones) y el extremo opuesto, la verdad absoluta.
-Todas las cosas pueden verse desde más de un punto de vista, y es un ejercicio saludable -intelectual y moralmente- tratar de ponernos, aunque sea por un momento, en el punto de vista del otro.
-Los argumentos que apelan a "lo natural" pueden ser sospechosos.

lunes, 18 de junio de 2007

PLATÓN (ANALISIS DE ALGUNOS TEXTOS DE SELECTIVIDAD)

El objetivo de esta sección es ofrecer pautas que permitan responder a las preguntas-tipo de selectividad sobre dos fragmentos de La República particularmente difíciles.

PRIMER FRAGMENTO [personalmente me parecía poco probable que fuera seleccionado pero como, de hecho, "ha caído" algún año...] [La mayor parte del análisis se basa en la obra Teoría de las Ideas de Platón del prestigioso helenista David Ross].
El texto es el siguiente:
"-Pienso que puedes decir que el sol no sólo aporta a lo que se ve la propiedad de ser visto, sino también la génesis, el crecimiento y la nutrición, sin ser él mismo génesis.
-Claro que no.
-Y así dirás que a las cosas cognoscibles les viene del Bien no sólo el ser conocidas sino también de él les llega el existir y la esencia, aunque el Bien no sea esencia, sino algo que se eleva más allá de la esencia en cuanto a dignidad y a potencia".


Este fragmento se sitúa en el contexto de la alegoría del sol (el sol se compara con el Bien -poco antes de la alegoría de la línea-, de manera que el Bien desempeña respecto a las Ideas el mismo papel que el sol desempeña respecto a las cosas sensibles), y desarrolla las tesis, ya iniciadas poco antes, sobre la relación entre el Bien y el resto de las Ideas (recuerda: a partir de la Idea del Bien “las cosas justas y todas las demás cosas se vuelven útiles y valiosas”).
Ahora se trata de establecer tanto el valor gnoseológico o epistemológico (teoría del conocimiento) como ontológico (teoría de la realidad) del Bien.
“Génesis” significa “nacimiento”, “origen” (Ross lo traduce por "generación"), el sol no solo hace posible (es causa de ello) que VEAMOS las cosas del mundo sensible, sino que también es responsable de su existencia (génesis, crecimiento y nutrición) -al menos de los seres vivos-, del mismo modo el Bien no solo hace posible que CONOZCAMOS (ver con los ojos de la mente, es decir, la razón) las Ideas (cosas cognoscibles), no solo hace posibles la ciencia y la verdad, sino que también es, de algún modo, causa de la existencia de las Ideas. Puede considerarse que las causas de las imágenes (por ejemplo, el reflejo de una flor en el espejo) son las cosas (la flor), de modo semejante las causas de las cosas (la flor) son las Ideas (la Idea de flor), que, a su vez, tienen su causa en la Idea de Bien, y de alguna manera participan de ella (tienen algo de ella). Para Platón lo más perfecto es causa de lo menos perfecto (identifica “ser causa” y “perfección”), de manera que la causa primera y más elevada se corresponde con el ser más perfecto: la Idea de Bien.
La Idea de Bien es, por tanto, distinta y superior al resto de las Ideas o Formas. Todas las Ideas dependen del Bien, pero el Bien no depende de ninguna otra cosa. Algunos autores han visto aquí una dimensión teológica del pensamiento de Platón, en el sentido de que el Bien tendría un carácter divino (ya que pertenecería a un tipo de realidad distinto y superior).

Una precisión importante: aunque el fragmento de Platón trata de la comparación –analogía o alegoría– entre el sol (mundo sensible o de las cosas) y el Bien (mundo de las Ideas) hay una diferencia muy importante: las Ideas son eternas, no nacen ni mueren, por tanto no cabe "génesis", propiamente hablando, de las Ideas. El texto dice que del Bien "les llega el existir" (a las cosas cognoscibles: las Ideas), pero no en el sentido de "nacer", sino en el sentido de que la Justicia, por ejemplo, puede existir y ser gracias al Bien, es el Bien el que hace posible que algo sea justo (lo mismo que hace posible que algo sea verdadero). El Bien no solo “ilumina” (como en su ámbito hace el sol), no solo es una fuente de luz (cognoscibilidad), sino que también es una fuente de Ser. El Bien no solo es el origen del conocimiento (dimensión gnoseológica) sino de todo lo que es cognoscible -incluyendo las Ideas- (dimensión ontológica).

Uno de los motivos por los que no me parecía muy probable la selección de este fragmento para selectividad lo expresa el propio Ross en el libro que he citado: "Resulta [...] difícil saber qué quiso decir Platón con que la Idea del bien da razón de la existencia y cognoscibilidad del mundo de las Ideas" (p. 60). Los problemas de interpretación se refieren sobre todo a la cuestión de la existencia.

Finalmente, respecto a la cuarta pregunta de selectividad ¿Con qué autor o corriente podemos relacionar el texto? ¿Cómo podemos enfocar su actualidad y valoración? Realmente es difícil ajustarse al fragmento, pero yo me iría directamente a una crítica de la teoría de las Ideas de Platón a partir de Epicuro y sobre todo de Nietzsche, mencionando tanto la dimensión ontológica como la gnoseológica o epistemológica.

SEGUNDO FRAGMENTO:
Concierne a la parte final de la alegoría (o símil) de la línea cuando distingue dos grados de conocimiento dentro de la episteme, es decir, en el ámbito inteligible (ver las páginas correspondientes de libro de texto). En este fragmento hay que destacar al menos (y además de lo que hemos visto en el libro de texto) los siguientes aspectos:
1-La segmentación tiene tanto una dimensión gnoseológica como ontológica, es decir, se habla de distintos grados o tipos de conocimiento, pero también de distintos niveles o tipos de realidad.
2-Los objetos matemáticos ocupan un lugar intermedio entre el mundo sensible (de las cosas) y las Ideas. Se encuentran por encima de las cosas, pero en una posición jerárquicamente inferior con respecto a las Ideas. Del mismo modo, el tipo de conocimiento correspondiente (la razón discursiva o dianoia) es intermedia entre la opinión (doxa) y la razón intuitiva (también llamada noesis o dialéctica). Los objetos matemáticos no son cosas sensibles, sino realidades inteligibles (pertenecen al ámbito de lo inteligible, como las Ideas, pero no son Ideas propiamente dichas). No se debe confundir el triángulo o el círculo (eternos y perfectos), objeto de las matemáticas, con los dibujos o las cosas con forma triangular o círcular (que se deterioran y siempre tendrán alguna imperfección), que pueden servir de ayuda para estudiar tales figuras o son imitación de las mismas.
3-El razonamiento discursivo utiliza imágenes u objetos sensibles: dibujos, figuras... (pero el intiuitivo no utiliza elementos sensibles, solo es razonamiento abstracto).
4-El razonamiento discursivo utiliza supuestos (lo par y lo impar, tres clases de ángulos -que los ángulos de un triángulo suman 180 grados sería una conclusión-).
4-El razonamiento intuitivo (dialéctica) lleva hasta un principio, pero el discursivo lleva a una conclusión. La diferencia estriba en que el razonamiento intuitivo asciende hasta llegar al principio supremo, el "principio de todo", que es la Idea de Bien, es el principio ya que no hay nada más allá o por encima de él.

EXAMEN TIPO SELECTIVIDAD (nuevo modelo)
TEXTO: "Lo que dentro de lo cognoscible se ve al final, y con dificultad, es la Idea de Bien. Una vez percibida, ha de concluirse que es la causa de de todas las cosas rectas y bellas, que en el ámbito visible ha engendrado la luz y al señor de ésta, y que en el ámbito inteligible es señora y productora de la verdad y de la inteligencia, y que es necesario tenerla en vista para poder obrar con sabiduría tanto en lo privado como en lo público".

RESPUESTAS:
2-a) -Sabiduría: Es una de las tres virtudes necesarias para conseguir la justicia, tanto en el ámbito ético, es decir en relación con la armonía del alma, como en el ámbito político. La sabiduría es la virtud que corresponde al alma racional, por una parte, y al gobierno del Estado, por otra. Así, el hombre será sabio si está gobernado por la razón y el Estado será sabio si lo son sus gobernantes -es decir, si también en este ámbito gobierna la razón. Alcanzar la sabiduría significa alcanzar el conocimiento de la Idea de Bien.
-Público: Lo público se refiere a los asustos de la polis, es decir, al Estado y a la política. El Estado es la República platónica (res publica, en la traducción latina del título original del diálogo, Politeia). El objetivo de Platón es concebir un Estado justo, una organización política que convierta a los ciudadanos en hombres justos. El Estado será justo cuando cada una de las partes que lo componen cumpla su función propia y la virtud correspondiente: productores moderados, guardianes valientes, y gobernantes sabios.
2-b) Temática: El texto pertenece a la interpretación filosófica que Platón ofrece del mito de la caverna. En él se señala la importancia de la Idea del Bien tanto en el mundo visible como en el inteligible, y dentro de éste tanto en el plano moral (privado) como en el político (público). Esta importancia es epistemológica y ontológica: epistemológicamente el conocimiento de la Idea de Bien es esencial para que se produzca la justicia en el alma y en el Estado que deben estar regidos por la sabiduría. Ontológicamente, la Idea de Bien es la causa de todo lo bello y recto, de la verdad y de la inteligencia. Implìcitamente, el texto alude a la educación cuyo objetivo final es el conocimiento del Bien.
2-c) Justificación:
Desarrollar las siguientes cuestiones:
-El Bien en la jerarquía de las Ideas.
-Ámbito visible y ámbito inteligible: mundo de las cosas (donde "el señor de la luz" es el sol) y mundo de las Ideas.
-El concocimiento (difícil) del Bien en la educación y en la teoría del conocimiento (episteme y noesis). Mencionar el esfuerzo que se refleja en la salida de la caverna. Aspecto ontológico y epistemológico del Bien.
-La sabiduría: El conocimiento del Bien en la ética y en la política. La justicia y la correspondencia entre el alma y el Estado, con sus correspondientes elementos y las virtudes. El gobernante-filósofo.

3) Actualidad y valoración. Relación con otras posiciciones
En este texto encontramos varias cuestiones para reflexionar:
-El modelo platónico del alma con el predominio absoluto de la parte (o del alma) racional. El modelo del mito del carro puede ser confrontado con otros modelos como, por ejemplo, con el de la inteligencia emocional. Otros aspecto discutible es el que concierne al dualismo y a la actitud frente al cuerpo (desprecio del cuerpo en Platón y en el cristianismo frente al culto al cuerpo actual).
-Otras cuestiones:
La verdad: El relativismo. Implicaciones morales y culturales (la diversidad cultural, los derechos humanos, etc.). Por otra parte, el dogmatismo y los problemas de la verdad absoluta (¿quién puede determinar cuál es esa verdad? etc.)
-Política y democracia: ¿Quién debe gobernar? Ventajas e inconvenientes de la democracia y del modelo platónico. ¿Puede la democracia aprender o tomar algo del modelo platónico?
-La importancia de la educación ¿Sigue siendo tan importante como pensaba Platón? ¿En qué medida la educación puede hacer que los hospitales y las cárceles sean menos necesarios?
Relaciones:
-La verdad y el conocimiento en los sofistas.
-El intelectualismo de Sócrates y su posición contra el relativismo.
-Más adelante veremos también posibles relaciones con otros autores.

viernes, 8 de junio de 2007

LOS ESTOICOS

El comienzo del estoicismo coincide prácticamente con el del epicureismo ya que Zenón (nacido en Chipre) funda su escuela ateniense hacia el año 300 a.C., veintitrés años después de la muerte de Alejandro Magno (acontecimiento que coincidió con la fundación de la escuela de Epicuro). Tanto el epicureismo, como el estoicismo y el cinismo son excelentes ejemplos de cómo la filosofía se relaciona con su contexto histórico. En este caso, aspectos fundamentales de la orientación filosófica representada por las tres escuelas se comprende en conexión con las transformaciones sociales, económicas y culturales ligadas al fin de la polis, al fin de la hegemonía ateniense, a la construcción y posterior desmembramiento del imperio de Alejandro.La historia del estoicismo suele dividirse en varios períodos: el antiguo (la Stoa antigua -siglos III y II a.C.), el medio (la Stoa media), y el período del imperio romano. [“Stoa” es la trascripción de un término griego que significa “pórtico” y alude al lugar dónde se fundó la escuela: el “Pórtico de las Pinturas” de Atenas].Aunque nos vamos a centrar en la ética estoica no hay que olvidad que el estoicismo es un sistema filosófico completo, en el que hay una correlación esencial entre la práctica (la acción) y la teoría (el conocimiento) [el deber ser ha de apoyarse en lo que es]. Mientras que los cínicos no comparten la importancia que el estoicismo y el epicureismo atribuyen al conocimiento, los tres coinciden en que la filosofía está al servicio de la vida y debe conducir a la felicidad. Zenón recibió la influencia de los cínicos e indirectamente de Sócrates, definió al hombre como el “animal que habla y razona”, y consideró que en tanto ser racional la conducta humana ética solo puede ser reflexiva. Esta unión de acción y razón o conocimiento se expresa en su concepción del sabio: el sabio no es solo el que sabe o tiene conocimientos, sino el que, además, obra bien o correctamente (en ética este obrar bien o correctamente suele denominarse “virtud”). El objetivo de vivir bien (la virtud) solo se alcanza mediante la reflexión y la investigación de la verdad y consiste en vivir de acuerdo (en conformidad) con la naturaleza. ¿Pero a qué se refiere cuando dice “naturaleza”? en el caso del ser humano se refiere a nuestra naturaleza racional que coincide con una cierta orden o racionalidad (logos) universal. Según los estoicos lo más real del cosmos es su ordenación o armonía esencial, a pesar de la apariencia de desorden en ciertos aspectos parciales o pasajeros. Si el universo (el cosmos, la naturaleza) posee esta armonía esencial quiere decir que está bien tal como es, y a los seres humanos solo nos queda unirnos o incorporarnos a ese orden: en ese punto comienza la ética. [V., el concepto de "cosmos" en la Grecia clásica].
Tanto los epicúreos como los estoicos buscan la ataraxia, pero mientras que para los primeros significa no-turbación, no-dolor, para los segundos significa imperturbabilidad y firmeza. Imperturbabilidad y firmeza ante los cambios de fortuna, ante las adversidades, pero también ante las propias pasiones y emociones (por eso afirman que solo el sabio es libre -en este sentido, “libre” con respecto a sus pasiones, emociones o impulsos, que sabe dominar-). Además buscan la autarquía o autosuficiencia.VIRTUD Y FELICIDADMuchas escuelas o teorías éticas pueden definirse mediante su actitud ante estos dos conceptos y según respondan a la pregunta “¿qué relación hay entre virtud y felicidad?” (donde “virtud”, como ya hemos visto, significa vivir bien, conducta correcta o buena, o simplemente “ética”). ¿Virtud y felicidad van necesariamente unidas o por el contrario son independientes, pudiendo darse la una sin la otra?La respuesta estoica es que van unidas, ya que mediante la ataraxia y la autarquía, y viviendo según la naturaleza-razón se consigue la felicidad. [Evidentemente, todo depende del concepto de felicidad, de lo que entendamos por felicidad, para los estoicos la felicidad es un estado de autodominio y “desapego”: “vida, salud, honor, posesiones, placer, no son en sí y por sí bienes, como no son en sí y por sí males, la muerte, la enfermedad, las afrentas, la pobreza o el dolor”: “para el virtuoso la felicidad verdadera está en el sentirse libre de toda perturbación exterior, en la independencia y la tranquilidad interna” (Juan Carlos García Borrón en Historia de la ética I)] (Sobre la independencia interna v., lo dicho más arriba sobre las pasiones y las emociones).La actitud de los estoicos ante las emociones y las pasiones (los “afectos”) ha presentado distintos grados y matices: desde los que han tratado de extirparlas hasta los que se han contentado con dominarlas o controlarlas (y de esta manera las han encontrado útiles, como Panecio de Rodas).Otros estoicos relevantes en el imperio romano fueron el emperador Marco Aurelio, Epictecto (que fue esclavo) y Séneca (nacido en Córdoba). Séneca fue un estoico heterodoxo, algunas frases pueden resumir su pensamiento (o una parte importante del mismo). Por ejemplo, no desdeñaba los bienes materiales ni los placeres (aproximándose a Epicuro), pero siempre que no nos dominasen: “sepamos que los bienes son esclavos nuestros”, “las riquezas son mías, mientras que tu eres de las riquezas”, “tendremos el placer, pero seremos sus dueños y moderadores”.Por otra parte, insistió en la firmeza ante el sufrimiento y la adversidad: “La naturaleza golpea y hiere inevitable y constantemente, pero debemos mantenernos invictos”, “no sentir la propia desgracia es impropio del hombre, no soportarla es impropio del varón”[1], “Ser siempre feliz y recorrer la vida sin recibir mordiscos en el alma es ignorar la mitad de la naturaleza de las cosas”.Otras ideas estoicas: la igualdad entre todos los seres humanos, la idea de cosmopolitismo, la actitud ante los dioses y la religión.-Para comparar e investigar: Razón y emoción. Razón "pura" e Inteligencia emocional. El deseo.NOTAS[1] Esta idea de lo varonil, el vir fortis ideal de Séneca, es propia del contexto sociocultural romano y del papel asignado en él a la mujer.

domingo, 27 de mayo de 2007

SELECTIVIDAD. EXÁMENES RESUELTOS EN EDUCARED

En educared podrás encontrar ejemplos de exámenes de selectividad resueltos y otros materiales (por las profesoras Rosa Maria Vegas y Paloma Sánchez). Aunque las pruebas de Andalucía son distintas estos recursos pueden resultar útiles.

sábado, 12 de mayo de 2007

ORTEGA Y GASSET

RAZÓN VITAL: razón y vida.

Con el concepto de "razón vital" Ortega quiso expresar la pertenencia de la razón a la vida. No hay oposición, no es necesario elegir. De esta manera se aparta de todo racionalismo, de toda filosofía que entiende la razón como pensamiento puro (así como del paradigma filosófico representado por Platón), pero también del polo opuesto: del irracionalismo y del relativismo [v., más abajo la vinculación entre vida y relativismo]. A lo largo del curso frecuentemente hemos interpretado el término metafísica (o la palabra ontología) como "teoría de la realidad", en la teoría de la realidad de Ortega la realidad es, en primer lugar, la vida (por eso afirma que la vida es la "realidad radical"). Pero no la vida en un sentido biológico (fisiológico, genético, etc., –al que, en cierto modo, estaría más próximo Nietzsche-. [Sin embargo, en El tema de nuestro tiempo Ortega se acerca a una noción orgánica de vida, que no excluye lo espiritual entendido en términos culturales]), sino como vida propiamente humana, como experiencia e historia (en el sentido biográfico, de "historia de una vida"): el conjunto de lo que hacemos y lo que nos pasa.
Aunque se aleja del racionalismo no renuncia a la razón, no considera que la razón no sea importante, pero es una razón vital, dentro de la vida e inseparable de ésta porque el pensamiento es posterior a la vida. Ortega no está en contra de la razón, sino en contra del racionalismo, que aísla la razón separándola de la vida. Por este motivo la filosofía de Ortega recibe el nombre de raciovitalismo.
La razón vital es también "razón histórica" puesto que la vida es temporalidad.
*[Ortega afirma en La rebelión de las masas que “el sentido primario y radical de la palabra vida aparece cuando se la emplea en el sentido de biografía, y no en el de biología". Examina el siguiente argumento que ofrece para justificar esta afirmación: “que toda biología es, en definitva, sólo un capítulo de ciertas biografías, en lo que en su vida (biografiable) hacen los biólogos". ¿Estás de acuerdo, qué te parece?]

¿QUIÉN SOY? (¿en qué consiste la identidad y el ser de un ser humano? -antropología-)
Según Ortega "el hombre no tiene naturaleza, sino que tiene historia". Esto significa que un ser humano es, ni más ni menos, lo que va siendo en el tiempo, es lo que hace y lo que le pasa. Somos el resultado de la historia de nuestra vida, historia que está abierta (y no escrita), abierta a muchas posibilidades. Nuestra vida es una historia por hacer, nosotros somos los protagonistas, pero también debemos ser los autores. Debemos intentar ser autores de la historia de nuestra vida, aunque estemos condicionados por las circunstancias y el mundo que nos rodea. Conforme vamos viviendo el pasado va limitando el campo de posibilidades que aún quedan ante nosotros, en este sentido el pasado también nos condiciona, influye en lo que ahora somos y en lo que seremos en el futuro. Lo que somos es el resultado de la vida, de nuestra vida.


PERSPECTIVA
En la percepción las cosas se nos presentan siempre desde un determinado punto de vista o perspectiva, según el lugar que ocupamos en el espacio. Si miramos un libro no vemos todo el libro sino únicamente la parte que está frente a nuestros ojos, si ponemos un libro en mitad de la clase unos verán la portada, otros la contraportada, otros el lomo, o distintas combinaciones de estas partes. Para Ortega, ocurre lo mismo en el plano del conocimiento no perceptivo, es decir, en la manera de entender el mundo, o de describir la realidad.
La realidad solo se nos presenta siempre desde una perspectiva, desde la perspectiva de cada uno, cada uno tiene su punto de vista. En el mundo hay, por tanto, una pluralidad de perspectivas, y cada perspectiva debe reconocer que sólo es un punto de vista entre otros y no la única verdad. Todas las perspectivas son verdaderas (es decir, tienen su parte de verdad), pero ninguna es, por sí sola, La Verdad (completa, única o definitiva). No podemos acceder a un conocimiento completo o absoluto, pero sí podemos sumar las perspectivas, integrar las distintas caras o facetas (de la misma manera que en el ejemplo del libro obtenemos un conocimiento más exacto de cómo es si sumamos los distintos puntos de vista). La multiplicidad de perspectivas nos aproxima al conocimien­to de la realidad. Es un proceso inacabable: nunca podemos acceder a todas las perspectivas, pero sí tener en cuenta las perspectivas de los demás, por tanto estamos ante una invitación al diálogo y a la autocrítica.
Ortega trata de evitar el relativismo y el escepticismo, pero también lo que denomina “dogmatismo” (pensemos en la teoría del conocimiento de Platón, por ejemplo).
Algunas citas:
"La realidad, como un paisaje tiene infinitas perspectivas, todas ellas igualmente verídicas y auténticas. La sola perspectiva falsa es esa que pretende ser la única" (El tema de nuestro tiempo, 148-149).
"Cada individuo es un punto de vista esencial. Yuxtaponiendo las visiones parciales de todos se lograría tejer la verdad omnímoda y absoluta" (El tema de nuestro tiempo, 151).


LA CIRCUNSTANCIA
En el ejemplo de la percepción lo que determina nuestra perspectiva es el lugar que ocupamos en el espacio (en relación a la cosa percibida -al libro-), en la perspectiva en el sentido filosófico (Ortega) ese papel lo desempeña la circunstancia, es la circunstancia la que determina la perspectiva. Cada uno tenemos nuestra circunstancia, que es nuestra situación en el mundo y en la historia, nuestra circunstancia es nuestro entorno, y, en primer lugar, nuestro entorno cultural. Por eso Ortega dice que "yo soy yo y mi circunstancia". La circunstancia es algo que nos viene dado, algo que nos pasa o que encontramos, pero la vida no es sólo lo que nos pasa, sino, sobre todo, lo que hacemos, y lo que somos (lo que podríamos llamar "yo") no es lo que nos pasa, lo que simplemente ocurre, sino lo que hacemos con lo que nos pasa, o sea, lo que hacemos con nuestra circunstancia.

EL TEMA DE NUESTRO TIEMPO (SOBRE EL TEXTO DE ORTEGA)
[Análisis de la obra a la que pertenece el texto de selectividad con el objetivo de explicitarlo y contextualizarlo. Como se advertirá ciertos fragmentos se dirigen solamente a algunos alumnos adelantados]
1.- El tema de nuestro tiempo.En la obra que lleva este título Ortega afirma:
“El tema de nuestro tiempo consiste en someter la razón a la vitalidad, localizarla dentro de lo biológico, supeditarla a lo espontáneo. Dentro de pocos años parecerá absurdo que se haya exigido a la vida ponerse al servicio de la cultura. La misión del tiempo nuevo es precisamente convertir la relación y mostrar que es la cultura, la razón, el arte, la ética quienes han de servir a la vida” (117 -v., también 119-).
Lo que Ortega pretende es en cierto modo restituir un equilibrio, roto por el racionalismo (al que en un sentido amplio pertenece el idealismo[1]) fundado por Sócrates [Ortega mete en el mismo saco a Sócrates, Descartes y Kant -entre otros-]. Aquí Ortega se aproxima a Nietzsche, a quien cita en la sección VI, pero en una posición menos radical, preocupada por reconocer el valor de la razón. Más que atacarla o desplazarla Ortega pretende recuperarla: no se trata de negar la razón, sino de denunciar sus pretensiones de soberanía (“la razón pura no puede suplantar la vida”. "[La cultura] Es tan sólo una breve isla flotando sobre el mar de la vitalidad primaria. Lejos de poder sustituir a ésta, tiene que apoyarse en ella, nutrirse de ella, como cada uno de los miembros vive del organismo entero” -117). Por tanto, la razón y la cultura son formas y funciones de la vida, la vida no contradice la cultura, ni hay vida humana sin cultura[2]. La invectiva no se dirige contra la cultura misma sino contra una forma de cultura frente a la que Ortega propone una nueva cultura: “la cultura biológica. La razón pura tiene que ceder su imperio a la razón vital” (118).

Podemos distinguir en estas ideas varios aspectos implícitos relevantes:
- (1) La asociación (o incluso identificación en la práctica del discurso -v., por ejemplo, 111) entre razón y cultura.
- (2) La existencia de un tema propio de cada tiempo, de cada época (El tema de nuestro tiempo, recuerda, es el título de la obra de Ortega. Así, “El tema del tiempo de Sócrates consistía, pues, en el intento de desalojar la vida espontánea para suplantarla con la pura razón” -115-).
- (3) La oposición racionalismo/relativismo, en la que del mismo modo que el primero se opone a la vida, el segundo será vinculado a la misma.
- (4) Una noción de vida más orgánica que biográfica (o que al menos no introduce esta separación con la intención que se advierte en otras obras del autor).

2.- RELATIVISMO Y RACIONALISMO. VIDA Y VERDAD.Los puntos (1) y (3) pueden ser tratados conjuntamente (Ortega los presenta en las secciones III y IV, tituladas respectivamente “Relativismo y Racionalismo” y “Cultura y Vida”).
Ortega distingue dos tendencias antagónicas definidas por su actitud ante la verdad. El argumento va a depender, por tanto, de cómo se entienda la verdad[3]. Es la cuestión de la verdad la que va a conducirnos “hasta la raíz misma del tema de nuestro tiempo” (90) [negrita de AM], y el punto de partida es éste: “La verdad, al reflejar adecuadamente lo que las cosas son, se obliga a ser una e invariable” (90) [he aquí la noción discutible a la que me refiero en la nota 3]. Ante esta caracterización de la verdad resulta natural preguntarse por la variabilidad histórica y cultural (cómo ya hicieron los sofistas). Si aceptamos el hecho de la variabilidad caemos en el relativismo, pero si la negamos nos vemos abocados al racionalismo[4]. Ortega vincula la variabilidad (el hecho de que lo que se considera verdadero cambia con el tiempo, con las personas, y con las culturas) a la vitalidad humana -este es un paso decisivo-, ya que la vitalidad humana es “por esencia, mudadiza y varía de individuo a individuo, de raza a raza, de edad a edad” [extraigo esta cita de una frase formulada interrogativamente] (91). Si atendemos a la historia y a la vida debemos renunciar a la verdad, viene a decirnos Ortega (“«La» verdad, pues, no existe: no hay más que verdades relativas a la condición de cada sujeto. Tal es la doctrina «relativista» -91-).
En la esquina opuesta encontramos el racionalismo que, siguiendo la lógica del argumento[5], “para salvar la verdad, renuncia a la vida” (91) [¿Hasta qué punto renunciar a la “variabilidad” implica necesariamente renunciar a la vida?]. Renunciar a la vida como “variabilidad” o a la “variabilidad” de la vida, desemboca, en la argumentación de Ortega, en una escisión de carácter antropológico, en una ruptura interior del propio individuo, que hace emerger la razón pura despojada de lo vital (ni permanente, ni universal), ya que “Siendo la verdad, una, absoluta e invariable, no puede ser atribuida a nuestras personas individuales, corruptibles y mudadizas” (92), sino a algo universal que trascienda nuestras diferencias, y ese algo es la razón, una especie de sujeto abstracto. Esta escisión nos deja en el estado que Ortega describe del siguiente modo: “Nótese bien la escisión ejecutada en nuestra persona. De un lado queda todo lo que vital y concretamente somos, nuestra realidad palpitante e histórica. De otro, ese núcleo racional que nos capacita para alcanzar la verdad, pero que, en cambio, no vive, espectro irreal que se desliza inmutable al través del tiempo, ajeno a las vicisitudes que son síntomas de vitalidad” (92). Y concluye (mediante la vinculación entre vida e historia): “El racionalismo es antihistórico” (Ibíd.).
Vemos, pues, cómo para Ortega la dualidad relativismo/racionalismo no solo se define por su relación con la verdad, sino también y al mismo tiempo por su relación con la vida, en la medida en que se establece una antítesis entre verdad y vida (y en tanto que la verdad se concibe en los términos ya señalados y la noción de vida parece reducirse a cierto aspecto de la existencia: lo cambiante).
Así planteadas las cosas no resulta difícil advertir que el dilema es insatisfactorio [otra cuestión es si tal planteamiento es correcto, por ejemplo históricamente –v., las referencias a Descartes y a Sócrates–, o tan solo una invención de Ortega]: Por tanto, ni uno ni otro: “ni el absolutismo racionalista -que salva la razón y nulifica la vida–, ni el relativismo, que salva la vida evaporando la razón” (97). El tema de nuestro tiempo queda, de esta manera, señalado: “La sensibilidad de la época que ahora comienza se caracteriza por su insumisión a ese dilema. No podemos satisfactoriamente instalarnos en ninguno de sus términos” (Ibíd.).
El objetivo de Ortega consistirá en pensar la razón, la verdad, y la cultura (así como la “vida espiritual”[6]), no como opuestos a la vida, sino como aspectos de ésta [Pero entonces la vida ya no podrá estar asociada al relativismo, ni la cultura a la razón pura].

3.- VIDA Y CULTURA.La inserción de la cultura y del espíritu en el contexto vital supone la introducción del punto (4): por un lado la biologización de la cultura, por otro la distinción entre “vida espontánea”, puramente biológica, y vida que posee una dimensión “transvital”. Nos encontramos, por tanto, con dos procesos paralelos pero en sentido contrario. Respecto al primer proceso las palabras de Ortega parecen implicar una noción orgánica de vida (la vida de un organismo específico): “El pensamiento es una función vital, como la digestión o la circulación de la sangre” (99) [Desde este punto de vista, la mente sería un fenómeno orgánico y natural, si entendemos que el pensamiento es algo mental[7]]. Paralelamente, la cultura va a consistir en “ciertas actividades biológicas, ni más ni menos biológicas que digestión o locomoción” (103). [Se echa de menos aquí una clara diferenciación entre pensamiento y cultura].
Pero el pensamiento, a diferencia de lo que creía Nietzsche, no sólo posee funciones vitales (en Nietzsche generadoras de ficciones -v., Verdad y mentira en sentido extramoral), sino también funciones gnoseológicas o cognitivas (es capaz de acceder a la verdad), ya que su misión es “reflejar el mundo de las cosas, acomodarse a ellas de uno u otro modo; en suma, pensar es pensar la verdad”[8] (100).
Esta dualidad está presente tanto en los fenómenos intelectuales, como en los voluntarios, en el sentimiento estético y en la emoción religiosa: “Por una parte, son producto espontáneo del sujeto viviente y tienen su causa y su régimen dentro del individuo orgánico; por otra, llevan en sí mismos la necesidad de someterse a un régimen o ley objetivos” (101) (donde esta ley es la ley objetiva de la verdad).
Ya hemos visto que también la cultura, como el pensamiento, consiste en “funciones vitales”, pero su particularidad con respecto a otras funciones estriba en que “cumplen leyes objetivas que en sí mismas llevan la condición de amoldarse a un régimen transvital” (103) ¿Qué significa “transvital”? Significa que, una ver surgidos, los productos de estas actividades o funciones vitales, adquieren una consistencia propia, que no es solo una objetivación social o cultural (Ortega parece aproximarse aquí a un mundo de verdades en-sí), se convierten en autónomos con respecto a su origen biológico-vital, y pueden ir, incluso, contra él: “Lo justo debe ser cumplido, aunque no le convenga a la vida. Justicia, verdad, rectitud moral, belleza, son cosas que valen por sí mismas y no sólo en la medida en que son útiles a la vida” (103-104).
Llegamos de esta manera a la distinción entre dos dimensiones de la vida:
-la estrictamente biológica o “infraespiritual” (v., nota 6), la que se acaba en la biología (secreciones, locomoción, digestión), denominada “vida espontánea” (104),
-y la dimensión cultural o espiritual (“vida espiritual”), que no se agota en lo biológico, pero que necesita de la “vida espontánea” (pero, recordemos: “Lo espiritual no es menos vida ni más vida que lo no espiritual” -105-). [Es difícil determinar si, en Ortega, la dependencia, y la conexión, entre estas dos dimensiones van más allá del simple hecho -hoy en cierto sentido cuestionado por el funcionalismo- de que sin actividad somática, sin cuerpo, no hay actividad mental].

NOTAS
[1] Es precisamente en el idealismo donde se encuentra el origen de la reacción de Ortega contra una razón pura (tal y como explica en "Prólogo para alemanes" -v., también el papel del neokantismo y de la fenomenología).
[2] “Lo que ocurre es el fenómeno vital humano tiene dos caras ­–la biológica y la espiritual–“ (106). “La vida deber ser culta, pero la cultura tiene que ser vital” (107). La asociación razón/cultura (en algunos casos Ortega no distingue entre ambas) no me parece suficientemente justificada. Por otra parte, encontramos un concepto de cultura (normativo más que descriptivo) que no concuerda con el uso habitual en ciencias sociales (antropología sociocultural): "No debe olvidarse que la cultura, la razón, no han existido desde siempre en la tierra. Hubo un momento, de cronología perfectamente determinada, en que se descubre el polo objetivo de la vida: la razón [...] Pero un día, en las plazuelas de Atenas Sócrates descubre la razón" (113). Según este texto la cultura equivale a la razón, y no existía antes de Sócrates -o no había sido descubierta-. Si esto es así, no cabe hablar de cultura fuera de Europa o en un período anterior al siglo V ac. Quizás Ortega confunde cultura con filosofía (occidental), sin embargo, los ejemplos que ofrece de cultura ("la ciencia, la ética, el arte, la fe relgiosa, la norma jurídica..." -111-) no pueden reducirse al descubrimiento socrático de la razón. Posiblemente Ortega peque de etnocentrista (eurocentrista).
[3] [Opinión del profesor: y puesto que la conceptualización de Ortega me parece incorrecta, es decir, su punto de partida con respecto a la verdad, considero que lo que de ahí se deriva no tiene porqué ser aceptado (cómo ocurre en demasiadas ocasiones cada autor construye, o compone, su propio adversario a la medida de sus necesidades y objetivos)].
[4] También hay un relativismo y un racionalismo en ética y en derecho, en arte y en religión (99).
[5] Verdad y vida son incompatibles, tal y como Ortega las presenta aquí.
[6] “Vida espiritual no es otra cosa que ese repertorio de funciones vitales cuyos productos o resultados tienen una consistencia transvital” (103). “Lo espiritual no es una sustancia incorpórea, no es una realidad. Es simplemente una cualidad que poseen unas cosas y otras no” (104).
[7] Ortega llama la atención sobre esta concepción de lo biológico (individuo orgánico, etc.) “al perder su adscripción exclusiva a lo somático” (100, n. 1 -v., la posible relación del resto de la nota, como de otros fragmentos de esta página, con las tesis de Antonio Damasio-). Si lo que Ortega quiere decir es que los fenómenos mentales -en la distinción mente/cuerpo- también son biológicos, como al afirmar que mi pensamiento “es un instrumento para mi vida, órgano de ella, que ella regula y gobierna”, esto implicaría en última instancia que también son somáticos. Los neurocientíficos hablan hoy de biología de la conciencia en un sentido que supone una ampliación de lo somático y no una desnaturalización -más o menos metafísica- de la vida (v., Damasio, Edelman, etc.).
[8] Otro de los aspectos más discutibles (o quizás solo impreciso) del texto de Ortega es este concepto de verdad en términos de adecuación y objetividad. Por otra parte, es cierto que “no puedo pensar con utilidad para mis fines prácticos si no pienso la verdad” (101) (si nos equivocáramos constantemente respecto al mundo que nos rodea y con el que interactuamos no podríamos vivir en él); sin embargo la justificación de esta verdad práctica necesaria para el desenvolvimiento de la vida humana, incluso para la supervivencia, no implica la justificación de la verdad filosófica, estética, o religiosa (la argumentación de Ortega parece deslizarse de una justificación a otra de forma acrítica -o incluso falaz-).


EXEMPLO DE EXAMEN DE SELECTIVIDAD con orientaciones para la respuesta (no se incluye el contexto -v., las fotocopias correspondientes-; los términos o expresiones subrayados aparecen en cursiva).

"Hasta ahora la filosofía ha sido siempre utópica. Por eso pretendía cada sistema valer para todos los tiempos y para todos los hombres. Exenta de la dimensión vital, histórica, pers­pectivista, hacía una y otra vez vanamente su gesto definitivo. La doctrina del punto de vista exige, en cambio, que dentro del sistema vaya articulada la perspectiva vital de que ha ema­nado, permitiendo así su articulación con otros sistemas futuros o exóticos. La ra­zón pura tiene que ser sustituida por una razón vital, donde aquélla se localice y adquiera movilidad y fuerza de transformación".
Ortega y Gasset: El Tema de nuestro tiempo.

ORIENTACIONES PARA RESPUESTAS:
2a) -"Utópica": Este término aparece en Ortega frecuentemente asociado a "ucronía" (o "ucrónica") para rechazar toda filosofía, y toda cultura, que no esté comprometida con un tiempo y un lugar. Por tanto no lo utiliza en el sentido usual para designar una idea o un plan muy bueno, pero irrealizable (en este sentido puede equivaler a "ilusorio" o "imposible"). Para Ortega, es utópico el pensamiento que pretende no estar afianzado en un determinado lugar o espacio (y es ucrónico el pensamiento que tiene una pretensión análoga con respecto al tiempo o la historia). Como si el ser humano pudiera ser fuera del tiempo y del espacio. Tales pretensiones implican que se ignore o se evite la dimensión vital del pensamiento y de la cultura, ya que éstos dependen de la vida y la vida es inseparable de un determinado contexto histórico y geográfico. Este contexto es lo que usualmente se denomina circunstancia, y lo que condiciona la perspectiva. Así se entiende que en "Prólogo para alemanes", trabajo que encabeza la edición española de El tema de nuestro tiempo, Ortega afirme: "La vida no es materia ni alma, sino determinadísima perspectiva espacio-temporal, lo contrario de todo utopismo y todo ucronismo" (51).
[Ampliación:
-Utopía: El idealismo y el racionalismo son filosofías utópicas contra las que Ortega reacciona: "Frente a todo ese idealismo, frente a toda esa filosofía de la cultura y de la conciencia, mi reacción es radical e uniquívoca [...]: Tanto la vida social como las demás formas de la cultura se nos dan bajo la especie de vida individual" [...]. "Vida individual, lo inmediato, la circunstancia, son diversos nombres para una misma cosa" [...] "En suma, hay que radicar esa famosa cultura -que pretende ser lo libre de espacio y tiempo, utopismo y ucronismo- aceptando la servidumbre de la gleva espacio-temporal, la adscripción a un lugar y una fecha que es la realidad radical, que es la vida efectiva" ("Prólogo para alemanes", 49 y 50)]. [El término "utopía" proviene del título de una obra de Tomas Moro, quien lo formó con la raíz griega "topos" y el prefijo negativo "u". El punto de vista utópico equivale en Ortega al punto de vista "ubicuo": podemos relacionar este término con el uso de la expresión "el ojo de Dios" en algunos filósofos contemporáneos -v., "ubicuo" en el DRAE-].
-Dimensión vital: En este texto la dimensión vital, la vida, se perfila mediante su contraste con la utopía. Utópico es, precisamente, lo que carece de dimensión vital, que es una dimensión espacio-temporal. La vida es vida individual y concreta, la vida es circunstancia. La doctrina del punto de vista viene a recuperar esta dimensión que había sido ignorada por el intelectualismo y el idealismo (por la filosofía y la cultura utópicas). La verdad adquiere una dimensión vital gracias al perspectivismo ya que "Cada vida es un punto de vista sobre el universo. En rigor, lo que ella ve no lo puede ver otra. Cada individuo -persona, pueblo, época- es un órgano insustituible para la conquista de la verdad" (148).
Véase lo dicho sobre la vida y sobre la perspectiva en esta sección del blog.

2b) El tema del texto: el rechazo del racionalismo y cómo la doctrina del punto de vista (perspectivismo) forma parte de la sustitución de la razón pura por una razón vital. Ortega propone, de esta forma, una renovación filosófica. Como afirma poco antes del fragmento seleccionado: "Lo falso es la utopía, la verdad no localizada, vista desde lugar ninguno" (149). "Todo conocimiento lo es desde un punto de vista determinado... el punto de vista ubicuo, absoluto, no existe propiamente: es un punto de vista ficticio y abstracto" (147).
Veáse más arriba la sección "Razón vital".

3) -Para relacionar con representantes de filosofías utópicas como Platón o Descartes (especialmente la teoría del conocimiento y la noción de verdad), así como con los relativistas. También con Nietzsche (especialmente el papel de la noción de vida, la razón, o la diferente concepción del perspectivismo).
-Actualidad y valoración: La verdad. El problema de la unificación de las perspectivas que pueden chocar entre sí. La invitación a la tolerancia y al conocimiento de otros puntos de vista. Relativismo, perspectivismo, escepticismo. Razón y vida.


ANEXO
La noción de vida en Ortega (en Unas lecciones de metafísica -recoge un curso profesado entre el año 1932 y 1933-) (Esta obra permite completar lo que hemos visto sobre la cuestión en El tema de nuestro tiempo):
“El propósito de estas lecciones no es otro que incitarles a tener cuidado de su vida, porque no tienen más que una y esa una se compone de un número dado, muy limitado de instantes, de ahoras, y emplearlo mal es como destruirlo, como matar un poco de vida”.
La vida de la que habla Ortega es la vida en el sentido biográfico: "Vivir es lo que hacemos y lo que nos pasa".
Sobre la relación entre vida y pensamiento (cf., vida y cultura): "La vida consiste en lo que hacemos, y puesto que pensar es algo que hacemos, pensar es una parte de la vida. La vida puede ser dividida en dos grandes regiones: la del pensar y la de todos los demás haceres ".
Vivir es hacer y hacerse: “Nuestra vida es nuestro ser…, pero ese ser no está predeterminado, resuelto de antemano sino que necesitamos decidirlo nosotros” (40). “Vivir es constantemente decidir lo que vamos a ser” (41), este rasgo desvela la naturaleza temporal, dirigida hacia el futuro, de la vida y de un ser “que consiste más que en lo que es, en lo que va a ser, por tanto en lo que aún no es” (42, también 92). Yo me encuentro con la vida, me encuentro en la vida, en un mundo que determina un repertorio de posibilidades, pero la vida no me es dada hecha, vivir es hacer la vida, y el fundamental de los quehaceres es decidir en cada instante lo que vamos a hacer. Siempre me encuentro ante varias posibilidades y siempre he de decidir. En este sentido, "la vida es preocupación" (93).


ENLACES: Página del MEC sobre la filosofía cotemporánea

domingo, 6 de mayo de 2007

EN TORNO A MARX. ALIENACIÓN Y OCIO (interesante para "Actualidad y valoración")

Numerosos autores señalan que en la sociedad de consumo el ocio puede llegar a ser tan alienante como el trabajo.
Hannah Arendt ya escribió en 1958 que "La esperanza que inspiró a Max y los mejores hombres de los varios movimientos obreros -la de que el tiempo libre emancipará finalmente a los hombres de la necesidad y hará productivo al animal laborans- se basa en la ilusión de una mecanicista filosofía que da por sentado que la fuerza de la labor [trabajo], como cualquier otra energía, no puede perderse, de modo que si no se gasta y agota en las pesadas faenas de la vida mutre automáticamente a actividades "más elevadas" [...]. Cien años después sabemos que ese razonamiento es una falacia; el tiempo de ocio del animal laborans siempre se gasta en el consumo, y cuanto más tiempo le queda libre, más ávidos y vehementes son sus apetitos [principalmente dirigidos hacia cosas superfluas]." (La Condición Humana). [No puedo explicar aquí el significado de la expresión animal laborans, pero sin pretender ser exactos podríamos sustituirla por trabajador].
Las palabras de Arendt se dirigen contra el supuesto marxiano de que la evolución de las fuerzas de producción acabaría provocando una reducción del tiempo que necesitamos dedicar al trabajo, y esto sería una forma de liberación.
Dicho de forma rápida y simplificada el diagnóstico de Arendt sería algo así: Consumir para trabajar y trabajar para consumir, pero -cada vez más- consumir ocio (lo que caracteriza a las sociedades "desarrolladas"). Productos de ocio, como una especie de nuevo "opio del pueblo": el ocio carece así de toda función emancipadora.

viernes, 4 de mayo de 2007

KANT

VOCABULARIO
En este enlace econtrarás términos importantes como: inclinación, a priori, máxima, deber, voluntad, razón, fundamento de la determinación de la voluntad, etc.


ACTUALIDAD Y VALORACIÓN (ORIENTACIONES Y SUGERENCIAS)

1-. Relativismo y Universalismo
Uno de los objetivos más importantes de la teoría ética de Kant remite a esta cuestión ya que su idea de una legislación universal, la propuesta de una ética formal, así como la formulación del imperativo categórico, tratan de superar el relativismo y apuntan hacia un principio moral que pueda ser universal. Ya estudiamos el relativismo durante la primera evaluación, en el mundo actual sigue existiendo el problema del relativismo moral y la dificultad de sostener un universalismo que no sea dogmático. Los Derechos Humanos se plantean, de hecho, como universalmente válidos. Probablemente la respuesta de Kant a esta cuestión (la de los principios morales universalmente válidos) no pueda ser aceptada en su totalidad, actualmente la cuestión sigue abierta, pero Kant se basaba en algo que quizá podamos conservar: la universalidad de la razón.
Entrando en los ejemplos concretos puede ser discutible que el deber de conservar la vida sea un principio moral universal sin excepciones. El problema es, por tanto, qué puede ser realmente admitido como universal. No creo que la ética formal y el imperativo categórico kantianos sean la solución a este problema, aunque sí puedan proporcionar pistas o coordenadas para seguir investigando.
Debate: la universalidad moral y el respecto a la diversidad cultural (los límites morales del relativismo cultural).

2.- Ética y Religión
El final del punto anterior permite introducir esta otra cuestión, porque a diferencia de otras teorías éticas la de Kant busca su fundamento en la razón humana y no en la religión, en un texto sagrado, o en una revelación divina. Por otra parte, la crítica a la metafísica de Kant excluye la posibilidad de un verdadero conocimiento sobre Dios o el alma, aunque re recuperan como postulados de la razón práctica. Actualmente, cuando observamos cómo la religión es una fuente de conflictos y violencia, resulta urgente apelar a la razón.

3.- La autonomía moral
La autonomía moral (relacionada también con el tema anterior), que es una idea característicamente ilustrada, podemos retomarla mediante una reflexión sobre la sociedad actual, en la que, por una parte, se plantea la necesidad de referencias y orientaciones éticas (asistimos a un cierto vacío, quizás de ahí el auge de los fundamentalismos religiosos), es decir, la realidad nos plantea continaumente dilemas o problemas morales (sigue vigente la pregunta ¿qué he de hacer?); por otra parte, la conducta y el juicio moral de la mayoría parece manipulada o dirigida desde los medios de comunicación, por la demagogia política, o por los predicadores, pseudopredicadores, y telepredicadores.
Finalmente, la concepción racionalista de la autonomía moral se basa en una antropología que hoy no es aceptable, ya que en el ser humano no hay una "razón pura" y separada como parece creer Kant. La realidad humana es más compleja y debemos entender la autonomía moral de un modo que reconozca la relevancia de las emociones.

4.- La Felicidad
Uno de los temas clásicos de la ética concierne a la relación entre la conducta moral y la felicidad (virtud y felicidad). En Aristóteles y Epicuro (aunque de distinta forma) la ética y la felicidad son inseparables, pero no ocurre así en Kant, quien la introduce a propósito de los postulados de la razón práctica. ¿Realmente es posible pensar una ética al margen de la felicidad?
Por otra parte, es cierto que la idea de "deber moral" puede complementar una ética de la felicidad, ya que no siempre "lo que está bien" depende directamente de la felicidad que nos pueda reportar.

UNA CITA DE FERNANDO SAVATER:
"Kant dijo que lo éticamente relevante para los mortales no es llegar a ser felices, sino merecer la felicidad" (La vida eterna).

5.- El ser humano como fin
Está claro que los seres humanos siempre hemos usado a otros como un medio, mediante la explotación económica o laboral, la explotación sexual, la violencia, etc. Estos problemas siguen estando presentes en el mundo actual.

*Por otra parte, podríamos pensar en la dimensión ética de la política en términos de deber: la política supone un deber moral del que los políticos a veces (?) se apartan.

ÉTICA (adaptado de El Mundo de Sofía)
Los racionalistas pensaban que el saber distinguir entre el bien y el mal era algo propio de la razón humana, algo inherente a nuestra naturaleza racional y, por lo tanto, innato. Kant estaba de acuerdo y afirmaba que todos los seres humanos tenemos una "razón práctica", es decir una capacidad de razonar que nos dirá lo que es bueno y lo que es malo moralmente. Así, todos tenemos acceso a la "ley moral", que tiene una validez universal (distinguir de las leyes como normas jurídicas). Esta ley es formal y categórica: no te dice que debes hacer (o no hacer) esto o aquello en una determinada situación, sino que te dice cómo debes actuar en todas las situaciones.
La clave es hacer algo porque es nuestra obligación moral hacerlo: la intención y la voluntad son lo decisivo. Si la intención es buena el resultado no es tan importante. Y
cuando elegimos (voluntad = querer) actuar correctamente, hacer lo correcto, entonces somos libres, porque libremente seguimos la ley moral que nosotros mismos (autónomamente) hemos encontrado -aun cuando pueda perjudicar nuestros propios intereses-. En este sentido, no se es libre ni independiente si uno se deja llevar por los deseos.


TEXTO COMENTADO (con indicaciones para el responder al examen)

“En cambio, conservar cada cual su vida es un deber, y además todos tenemos una inmedia­ta inclinación a hacerlo así. Mas, por eso mismo, el cuidado angustioso que la mayor parte de los hombres pone en ello no tiene un valor interior, y la máxima que rige ese cuidado carece de un contenido moral. Conservan su vida conformemente al deber, sí; pero no por deber.  En cambio, cuando las adversidades y una pena sin consuelo han arrebatado a un hombre todo el gusto por la vida, si este infeliz, con ánimo entero y sintiendo mas indig­nación que apoca­miento o desaliento, y aun deseando la muer­te, conserva su vida sin amar­la, sólo por deber y no por inclinación o miedo, entonces su máxima sí tiene un con­tenido moral. ( ... )”
(Fundamentación de la Metafísica de las Costumbres. Capítulo primero)

2.a
MÁXIMA

INCLINACIÓN

2.b.-
Fundamentalmente, la distinción entre actuar por deber y conforme al deber (mediante un ejemplo). La noción de contenido moral (si la máxima tiene contenido moral la acción o el comportamiento es moral). La tesis del fragmento es que solamente cuando se actúa por deber la acción es moral (su máxima tiene contenido moral). Si es conforme al deber carece de valor moral (es neutro). La idea es que la acción conforme al deber no tiene mérito en términos morales y el ejemplo representa un conflicto en el que debe triunfar la voluntad guiada por la razón frente al deseo y la inclinación.
En este punto o en el siguiente habría que introducir también el comportamiento contrario al deber.

2.c.-
El contexto general dentro de la filosofía de Kant viene dado por la pregunta "¿qué debo hacer?" (se pueden mencionar las otras tres preguntas, así como la diferencia entre razón teórica y práctica). Después hay que desarrollar la respuesta del autor en términos de ética formal, por lo que hay que explicar las éticas materiales. El concepto de buena voluntad, el imperativo categórico y la noción de deber son elementos que han de formar parte de este apartado.

3.-
RELACIÓN: Aristóteles, Hume, Epicuro
VALORACIÓN DE LA ACTUALIDAD:
-La cuestión de la eutanasia.
-La estricta separación entre razón y emoción (antropología kantiana) es actualmente difícil de sostener.


VIDEOS SOBRE KANT por Fernando Savater


miércoles, 18 de abril de 2007

RELATIVISMO (CAZA DEL TESORO)

PINCHA AQUÍ
En la página de filosofia.net encotrarás una selección de fragmentos de diferentes autores sobre el tema.

PENSAR POR PENSAR (M Cruz y M Delgado en Cadena Ser)

Se trata de una sección del programa La ventana en el que dialogan un filósofo y un antropólogo sobre distintos temas. Las observaciones de Manuel Cruz proporcionan un buen ejemplo de perspectiva filosófica: ESCUCHAR

martes, 17 de abril de 2007

MARX

I. MARX Y HEGEL
I.1. MATERIALISMO E IDEALISMO.
Mientras que el término "idealismo" aplicado a la filosofía de Kant se refiere principalmente a la teoría del conocimiento (lo que conocemos es sólo la realidad para-mí, para-nosotros, esta realidad es resultado de una síntesis entre lo dado en la experiencia y lo aportado por el sujeto), en Hegel destacaremos la relevancia de su teoría de la realidad para compararla con la de Marx. En Kant el idealismo hace referencia al papel del sujeto en la constitución de lo real como realidad para mí (fenómeno).
Para Marx lo prioritariamente real es la infraestructura, en otras palabras, las condiciones materiales de producción de la existencia (directamente relacionadas con el trabajo), esta es la realidad material y no simplemente la materia entendida como naturaleza o realidad física. Por tanto esta concepción de la realidad, esta realidad material, tiene en Marx una dimensión práctica (el trabajo). Las ideas, el pensamiento, la creencia religiosa, constituyen fenómenos derivados, sin autonomía, productos sociales que componen la ideología (superestructura); el materialismo de Marx es también, de esta manera, una teoría -una crítica- de la conciencia o de las ideas.
En Hegel, por el contrario, lo verdaderamente real es el Espíritu, la idea, la razón. La naturaleza material no es sino un momento de la Idea, una fase negativa de su desarrollo y autorrealización[1]. La realidad como totalidad es el desenvolvimiento del Espíritu (que, aunque Hegel no lo señala expresamente, nosotros podemos identificar con Dios). La historia de la humanidad es la historia de la autoconciencia del Espíritu hasta que, finalmente, todo lo real sea racional (es decir, la razón se realiza en la realidad).

I.2. SEMEJANZAS Y DIFERENCIAS EN LAS CONCEPCIONES DE LA HISTORIA DE HEGEL Y MARX
La principal diferencia es la que separa el materialismo (en este caso en el sentido propio del marxismo) del idealismo. Para el primero la historia, y la superestructura, dependen de “las condiciones materiales de existencia”, del “modo de producción de la vida material” (relación real entre el hombre y la naturaleza), es decir, de la infraestructura; mientras que, según el idealismo, es “la evolución general del espíritu” la que explica la historia [las expresiones entre comillas pertenecen al texto de Marx].
-Una semejanza: La dialéctica.
En ambos filósofos la dialéctica indica un proceso, un desarrollo interno a través de conflictos (contradicciones) que van dando lugar a sucesivas etapas. Desde este punto de vista el modelo de Marx es la dialéctica hegeliana [tesis, antítesis, síntesis]. Pero hay importantes diferencias: En primer lugar, las diferencias que se derivan de la confrontación idealismo/materialismo, es decir, que para Hegel se trata de un proceso en el plano del espíritu y para Marx es un proceso material relacionado con las condiciones económicas y laborales.

LA HISTORIA EN HEGEL Y MARX (CONT.)
Dependiendo de los intérpretes Marx comparte con Hegel en mayor en menor medida una relativa irrelevancia del individuo, del ser humano individual. Hay una cierta necesidad (v., la sección I.3) en el proceso histórico, la dialéctica como movimiento de la historia no depende directamente de la voluntad humana, los cambios ocurren de manera objetiva mediante procesos internos que escapan al control de los seres humanos. Para Hegel todo lo que ha ocurrido en la historia debía ocurrir y no parece haber lugar para una auténtica iniciativa humana. La herencia hegeliana hace que el papel de esta iniciativa en la concepción marxista de la historia sea problemática: ¿Es la historia simplemente el resultado de las contradicciones internas de las sociedades? ¿Qué capacidad tiene el ser humano para intervenir en los cambios históricos?

A veces se establece una diferencia entre ambos autores señalando que la concepción hegeliana es cerrada y la marxista abierta
Es cierto que para Hegel la historia está acabada (esta idea se manifiesta en la tesis de Fukuyama sobre el final de la historia), mientras que para Marx la historia aún no ha concluido y es necesario cambiar el mundo. Para Hegel no había que cambiar –esencialmente– nada puesto que la historia había llegado al final, ya que la evolución del Espíritu se había consumado. En este sentido la filosofía de Hegel tendía a una justificación del presente (de su presente), del estatus quo, mientras que la de Marx apunta a su transformación (el capitalismo es una etapa transitoria). Pero ¿qué ocurrirá cuando se llegue a la sociedad sin clases, a una sociedad justa y libre? También es este caso la historia, en cierto sentido, habrá terminado, ya no surgirán nuevos modos de producción, nuevos tipos de sociedad, podrá haber modificaciones parciales o accesorias, pero la historia habrá llegado a su fin. Sin embargo, según otra interpretación, Marx nunca habría pensado “en la sociedad futura como un estado de perfección inmutable [cf., la utopía platónica]. Por el contrario, contemplaba el fin de la sociedad de clases como el verdadero comienzo de la historia humana, del desarrollo histórico de la sociedad humana conscientemente dirigida por seres humanos” (Enciclopedia Oxford de Filosofía, p. 676).

I.3. LA REALIDAD COMO PROCESO NECESARIO (Dialéctica).
La realidad es un proceso dinámico (desarrollo y autorrealización), este proceso es, como totalidad, necesario, no puede ser de otra manera. En este sentido, la historia es un proceso necesario (que se mueve hacia una racionalidad cada vez mayor), y en la misma medida también la historia de la filosofía lo es. De la misma manera que el desarrollo de una planta, su germinación, su floración, sus frutos, no son sucesos aleatorios o contingen­tes, sino pasos necesarios del proceso de ser planta. Finalmente, todas las fases que han quedado atrás (por ejemplo la fase del fruto sucede a la fase de la flor) son, en cierto sentido, eliminadas, pero también conservadas en el resultado final, ya que no habría planta madura (resultado final) si no hubiera habido fases anteriores. El resultado final contiene, como un todo, todas sus fases, los pasos necesarios de su propio desarrollo[2].

Con este modelo Hegel interpreta la realidad en su conjunto, veamos como lo aplica a la historia de la filosofía (según su Introducción a la historia de la filosofía. Aguilar, Buenos Aires, 1977):
"La historia de la filosofía es un progreso necesario" (p. 79). "La historia de la filosofía...es una ciencia, es decir, no un agregado de conocimientos, de una manera ordenada, sino un desarrollo del pensamiento, el cual es necesario en sí y por sí". (p. 72). "En la filosofía actual está contenido todo el trabajo filosófico precedente. El mismo desarrollo del espíritu, considerado históricamente, es la historia de la filosofía. Ella es la historia de todos los desarrollos que el espíritu ha hecho (adaptación de fragmentos de las p. 71).

[HEGEL. AMPLIACIÓN: I.3.- DE LO ABSTRACTO A LO CONCRETO. El ser en sí, la existencia, y el ser por sí.
Cada una de las etapas es más concreta que la precedente en el sentido de que es más rica al contener en sí las etapas anteriores. La primera fase, el inicio, es siempre el momento más abstracto frente al resultado final que es siempre lo más concreto. Para Hegel "abstracto" significa inferior y menos verdadero, y, en cierto modo, menos real. Hegel utiliza la expresión en sí para referirse a lo abstracto, lo en-sí es un concepto bastante próximo al concepto de potencia en Aristóteles. En este sentido, la planta está contenida en el germen, en la semilla. La existencia es el desarrollo de la planta, su evolución mediante distintas fases o etapas. El ser por sí es el resultado final, que coincide con el ser en sí de forma semejante a como, en lenguaje aristotélico, la planta en potencia coincide con la planta en acto. Pero hay que tener en cuenta que para Hegel "solamente el espíritu llega a ser verdadero por sí" (p. 59). Observemos, por último, cómo el proceso que va desde el ser en sí al ser por sí, describe un círculo.
El espíritu universal describe igualmente un círculo para encontrarse a sí mismo (o volver sobre sí mismo) en tres etapas, cada una de ellas más concreta que la anterior: primero el espíritu toma conciencia de sí mismo en el individuo, lo que es denominado por Hegel razón subjetiva. En la segunda etapa el espíritu universal alcanza un grado mayor de autoconciencia, en esta fase la razón se da en la interacción entre las personas, y, por tanto, se produce en la familia, la sociedad y el Estado. Se denomina razón objetiva. La etapa final, en la que el espíritu universal se encuentra consigo mismo, se realiza en el arte, la religión y la filosofía, y se llama razón absoluta. Dentro de esta etapa el grado mayor de autoconciencia se logra en la filosofía, a través de la cual el espíritu universal reflexiona sobre sí mismo en su despliegue histórico. Por eso Hegel afirma que la filosofía es la historia de la filosofía.

Otros fragmentos interesantes para la apreciación del idealismo hegeliano:
"El pensar es la actividad de lo universal" (op. cit., p. 73).
"El pensamiento pertenece solamente al hombre, pero no solamente al hombre como individuo particular, como sujeto; tenemos que tomarlo esencialmente en un sentido objetivo. El pensamiento es principalmente lo universal; ya en la Naturaleza, en sus leyes y especies, vemos que existen pensamientos; por consiguiente, no existe sólo en la forma de la conciencia, sino que en sí y por sí son del mismo modo objetivos. La razón del mundo no es una razón subjetiva. El pensamiento es lo sustancial, lo verdadero con respecto a lo particular, a lo que es momentáneo, a lo perecedero, a lo pasajero" (p. 74).
"La historia de la filosofía muestra que todo es accesible racionalmente". "Es el desarrollo de la razón pensante" (p. 75)].

[AMPLIACIÓN: LA DIALÉCTICA. Marx escribió en el prólogo a la segunda edición de El Capital (tomado de Abbagnano, III, 191): Para Hegel el proceso del pensamiento que él transforma incluso en sujeto independiente con el nombre de Idea, es el demiurgo de lo real, que constituye a su vez solamente el fenómeno externo de la Idea o proceso del pensamien­to. Por el contrario, para mí el elemento ideal no es más que el elemento material transferido y traducido en el cerebro de los hombres... La mistificación a que se somete la dialéctica en las manos de Hegel no quita en modo alguno que él haya sido el primero en exponer amplia y conscientemente las formas generales del movimiento de la misma dialéctica. En él ésta se halla invertida. Hay que darle la vuelta para descubrir el núcleo racional dentro de la cáscara mística". La dialéctica para Marx será, por tanto, un método para comprender el movimiento real de las cosas, no las abstracciones conceptuales. Lo que únicamente se conserva en Marx de la dialéctica hegeliana es la preeminencia del punto de vista procesual y la necesidad del paso de una fase a su negación, y mediante esta contradicción, a una fase distinta. (Completar con apuntes sobre el fin de la historia)].

II. ALIENACIÓN
El concepto de alienación de Marx encuentra sus antecedentes en las filosofías de Feuerbach y Hegel.
En Feuerbach el fenómeno de la alienación se centra en el ámbito de la religión. Para este filósofo el hombre se aliena al construir a Dios con materiales sacados de sí mismo, por eso Feuerbach define la religión como “la relación que el hombre sostiene con su propia esencia”…, “pero con su esencia no en cuanto suya sino como la de otro ser diferente de él y hasta opuesto”. Para Fuerbach “la religión cistiana […] supera los límites y las dificultades de la vida terrena mediante la imaginación, en Dios, en el cielo. Dios es todo lo que desea y exige el corazón, todas las cosas, todos los bienes” [Fragmentos de La Esencia del Cristianismo]. Dios es una proyección del hombre, mediante ella es absolutamente engrandecido y perfeccionado lo que en nosotros (los seres humanos) es limitado e imperfecto. El concepto de alienación en Feuerbach se encuentra, así, asociado al ateismo (Dios es algo humano).


En Marx el eje de la alienación no es ya la religión sino la economía y el trabajo. La idea esencia es ésta: El ser humano, al trabajar en un sistema capitalista, no es dueño ni de su trabajo, ni del producto de su trabajo, de este modo se produce una doble alienación que desemboca en el proceso de reificación, mediante el cual el ser humano se convierte en una cosa más, en un objeto entre otros objetos (como los que produce con su trabajo). El sistema capitalista no tiene en cuenta las necesidades y las capacidades de los seres humanos, sino sólo el valor de las mercancías, y relaciona a los seres humanos entre sí a través de las mercancías que se intercambian, de esta manera el ser humano acaba por ser tratado como una mercancía más.


III. MATERIALISMO HISTÓRICO

MODO DE PRODUCCIÓN: es un modelo de análisis de la sociedad que distingue entre superestructura e infraestructura, siendo ésta la determinante:

Superestructura: Ideológica (o ideológico-simbólica) (arte, religión, filosofía, moral, conciencia -a veces "ideología" y "conciencia" tienen el mismo sentido-) y jurídico-política (Derecho, Estado).
-Ideología: La palabra “ideología” tiene varios significados, nosotros vamos a distinguir el significado general y el que tienen en el marxismo: -En el primer caso se refiere a cualquier conjunto de ideas o ideales. -En el segundo siempre tiene un matiz peyorativo. En principio comprende todas las ideas, creencias, y teorías de una sociedad, que se caracterizan por no reflejar la realidad sino los intereses de clase (o por ser un mero efecto de las relaciones económicas, de la infraestructura). Algunas de estas ideas son especialmente aptas para ser consideradas “ideológicas” (falsean la realidad y contribuyen a legitimar un determinado orden social): la moral y la religión. La ideología, por tanto, proporciona una imagen distorsionada o falsa de la realidad (así como una falsa conciencia), frente a ella el marxismo propone un conocimiento verdadero, científico.
Conciencia: conjunto articulado de conceptos, símbolos, mitos, creencias, que se dan en una situación determinada y que pretenden explicarla y justificarla. Mediante ella el ser humano justifica el tipo de vida y el lugar que ocupa en la sociedad. Esa explicación-justificación tiende a ser la misma entre personas que pertenecen a una misma clase social.

Infraestructura o base económica:
-Relaciones (sociales) de producción (esencialmente según las formas de propiedad -o posesión-): relaciones económico-sociales que se establecen en el proceso de producción (a veces también se habla de relaciones técnicas de producción para referirse a las relaciones de las personas con los medios de producción, bien directamente, bien mediante el control, la organización o la vigilancia, por ejemplo, los horarios de trabajo). Las relaciones de producción se corresponden con las relaciones de clase: en el sistema capitalista los que poseen (propiedad) los medios de producción[3] constituyen la clase burguesa, y los que solo poseen su fuerza de trabajo forman la clase proletaria (el proletariado).
[Para describir las relaciones de producción en una sociedad determinada, debemos conocer la respuesta a las preguntas siguientes: ¿Poseen los productores directos, parcial o totalmente, su fuerza de trabajo? ¿Y los otros medios de producción? Si no los poseen ¿es el propietario un individuo o una colectividad?]
-Fuerzas productivas (fundamentalmente según la tecnología): capacidad de producción o trabajo real de los seres humanos en su relación inmediata con la naturaleza. Comprende, además de la fuerza humana de trabajo, todo lo que sirve materialmente para la producción: herramientas, máquinas, tierras, fábricas, materias primas.

-Concepto de Producción social de la existencia: Proceso por el que el ser humano, mediante su fuerza de trabajo, consigue elaborar un producto para satisfacer sus necesidades. Produce su existencia en un doble aspecto: en el sentido de que consique vivir y de que al procurar satisfacer sus necesidades se da también una forma de vida. Este proceso es social ya que al trabajar el ser humano establece relaciones con otros seres humanos (compañeros de trabajo, jefes o dueños, compradores...) y también con los medios que utiliza (herramientas, materias primas).

Hay una correspondencia entre el estado de las fuerzas productivas y el estado de las relaciones de producción. Un conjunto de relaciones de producción corresponde a las fuerzas productivas cuando es óptimo para el desarrollo de estas últimas.
Marx distinguió cinco modos de producción (más como modelos teóricos que como ejemplos históricos), antiguo, asiático, feudal, capitalista y comunista.
Veamos dos ejemplos:
-Modo de producción antiguo: en el que las fuerzas productivas son artesanales y las relaciones de producción las de dueño y esclavo.
-Modo de producción capitalista: las fuerzas productivas son industriales y las relaciones de producción las de burguesía y proletariado.

Según el materialismo de Marx la base real la proporciona la infraestructura, mientras que la superestructura depende de ésta y carece de autonomía (aunque interatúa con la infraestructura).

LAS TRASFORMACIONES HISTÓRICAS
A lo largo de la historia se dan diversos modos de producción: por ejemplo, esclavitud, feudalismo, capitalismo. Todos ellos con la estructura indicada más arriba (infraestructura/superestructura).
Veamos ahora cómo Marx explica el paso de un modo de producción a otro (un cambio revolucionario -que puede ser pacífico-): esta transformación se origina por una contradicción que se produce entre fuerzas productivas y relaciones de producción. La contradicción surge cuando hay un desarrollo de las fuerzas de producción que no va acompañado de cambios correspondientes en las relaciones de producción: llega un momento en que las relaciones de producción, estancadas, son un obstáculo para que continúe el desarrollo de las fuerzas productivas. A este desfase es a lo que Marx llama “contradicción” [Esto significa que ya no hay correspondencia entre FP y RP. La contradicción aparece cuando el ritmo y el volumen del cambio tecnológico son menores de lo que podrían ser, ya que las RP son menos eficientes para el desarrollo de las FP de lo que serían otras relaciones]. Cuando tal desfase alcanza cierto grado se impone la necesidad de cambiar las relaciones de producción. Si el cambio en las relaciones de producción se une al cambio previamente operado en las fuerzas productivas entonces se pasa de un modo de producción a otro.
(Una contradicción que también actúa como motor de la historia es la lucha de clases.)

En el sistema capitalista las relaciones de producción deteminadas por las formas de propiedad (propiedad privada de los medios de producción, alienación y explotación del proletariado) -a lo que se suma la lucha de clases- se combierten en un obstáculo en el desarrollo de las fuerzas de producción (basado sobre todo en la tecnología). Según Marx, las condiciones materiales (FP) creadas por el capitalismo permiritirían, bajo condiciones comunistas (RP), la plena y libre autorrealización de los individuos y una expansión sin precedentes de las fuerzas productivas. Simplificando: el comunismo sería una forma de aprovechar las ventajas tecnológicas y la capacidad de producción del capitalismo para beneficio (libertad y realización) del ser humano.

DEL CAPITALISMO AL COMUNISMO
La teoría general de Marx (la explicación basada en la contradicción entre FP y RP) suscita, en este punto, numerosas objeciones. No pudo argumentar que en el capitalismo las relaciones de producción obstaculizaban seriamente el desarrollo de la tecnología, el cambio técnico o tecnológico (FP), si bien el desarrollo tecnológico sería mayor en la sociedad comunista. Pero esta expectativa de un mayor desarrollo tecnológico no parece una motivación suficiente para movilizar a los obreros. La gente se subleva cuando las cosas van mal o sus expectativas son negativas.
Por otra parte, no es fácil encontrar razones para pensar que el comunismo sería superior al capitalismo con respecto al desarrollo tecnológico, es decir, con respecto al desarrollo de las fuerzas productivas

Podemos distinguir en tres momentos el acceso a una sociedad comunista. En primer lugar, la revolución, mediante la que los trabajadores toman el poder. Este paso puede ser violento o pacífico, parece ser que Marx aceptó ambas posibilidades, aunque quizás fue la primera la que más le convenció. En segundo lugar, una fase intermedia, la dictadura del proletariado y una primera aproximación al comunismo. Por último, la sociedad comunista, con la desaparición de las instituciones políticas. Por otra parte, como también desaparecen la explotación y la alienación, las relaciones sociales serán armónicas y carentes de conflictos. Sin embargo, Marx no tuvo en cuenta que caben otras fuentes de conflictos, por ejemplo, las relacionadas con el nivel y el tipo de protección del medio ambiente, con la distribución de la riqueza que se asigna a distintos servicios (como sanidad, investigación en un campo u otro, etc.), o cuestiones que afecten a la bioética (eutanasia, aborto, manipulación genética -clonación-, etc.).

La sociedad comunista es una utopía, un modelo imposible.
[Cabría distinguir entre utopías que orientan e inspiran la acción de manera positiva y utopías que nos pueden llevar hacia el desastre o a la frustración más paralizante. O quizás esta distinción habría que hacerla entre aspectos o elementos de una misma propuesta y no sólo entre distintos modelos]

[Para estas últimas cuestiones se ha utilizado la obra de J. Elster Una introducción a Karl Marx]

ACTUALIDAD Y VALORACIÓN
(V., la sección anterior sobre ocio y alienación, y las observaciones en las sección "Del capitalismo al comunismo")
Algunos de los problemas sociales a los que Marx se enfrentó siguen estando presentes: desigualdad social, explotación, alienación. Piensa, por ejemplo en la distinción entre primer y tercer mundo. ¿Qué queda de la lucha de clases? . Las tendencias políticas de izquierdas se inspiraron inicialmente, en mayor o menor medida, en Marx ¿Qué diferencia hoy la izquierdad de la derecha?.

Filosóficamente el pensamiento de Marx plantea cuestiones sobre las que ya hemos reflexionado (además de todo lo referente a Hegel):
-Teoría del conocimiento: el conocimiento no es independiente ni objetivo, sino que depende de las condiciones sociales materiales, y en tanto que ideológico no es "verdadero". Para Platón y para Descartes, sin embargo, el pensamiento accede a la verdad. ¿Puede Marx afirmar que su teoría es "verdadera"?.
-Teoría de la realidad: materialismo frente a idealismo. Para Platón lo real son las Ideas, algo completamente separado de la materia. Además, el materialismo supone la negación del dualismo.
-Teoría política: v., Platón.

Finalmente, en la medida en el materialismo marxista niega cualquier autonomía a los fenómenos culturales y a la conciencia podría ser criticado, sin embargo, debemos reconocer que ha contribuido a comprender que tales fenómenos no son completamente independientes del contexto socio-económico histórico y que pueden señalarse determinadas correspondencias (lo que ha dado lugar a multitud de investigaciones en, por ejemplo, la historia del arte y de la literatura -el problema surge cuando se piensa que esa es la única perspectiva posible y objetiva-). Por otra parte, ha abierto (o facilitado) la posibilidad de advertir el sesgo ideológico que puede adquirir, al menos en ocasiones, el pensamiento y, en general, lo que llamamos cultura.

NOTAS
[1] Hegel siempre habla de la naturaleza en un sentido negativo porque ofrece los aspectos menos espirituales, lo finito y lo contingente. Es menos real o menos verdadera.
[2] "Ninguna de estas existencias [las distintas fases o etapas] es la verdadera existencia de la planta (sino que son solamente recorridas), porque estas existencias son situaciones pasajeras. Cada existencia es refutada por las otras [hay un comportamiento negativo de cada uno de estos momentos con respecto a los otros] pero dentro de una misma planta. Esta unidad permanece a través de todas las situaciones. Todas estas determinaciones, todos esto momentos, son sencillamente necesarios y tienen por finalidad el fruto, el producto de todos estos momentos, y el nuevo germen" (adaptación de fragmentos de la p. 59).
[3] Principalmente tierras productivas e industria (ésta última es el medio de producción característico del capitalismo analizado por Marx).


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