domingo, 6 de mayo de 2007

EN TORNO A MARX. ALIENACIÓN Y OCIO (interesante para "Actualidad y valoración")

Numerosos autores señalan que en la sociedad de consumo el ocio puede llegar a ser tan alienante como el trabajo.
Hannah Arendt ya escribió en 1958 que "La esperanza que inspiró a Max y los mejores hombres de los varios movimientos obreros -la de que el tiempo libre emancipará finalmente a los hombres de la necesidad y hará productivo al animal laborans- se basa en la ilusión de una mecanicista filosofía que da por sentado que la fuerza de la labor [trabajo], como cualquier otra energía, no puede perderse, de modo que si no se gasta y agota en las pesadas faenas de la vida mutre automáticamente a actividades "más elevadas" [...]. Cien años después sabemos que ese razonamiento es una falacia; el tiempo de ocio del animal laborans siempre se gasta en el consumo, y cuanto más tiempo le queda libre, más ávidos y vehementes son sus apetitos [principalmente dirigidos hacia cosas superfluas]." (La Condición Humana). [No puedo explicar aquí el significado de la expresión animal laborans, pero sin pretender ser exactos podríamos sustituirla por trabajador].
Las palabras de Arendt se dirigen contra el supuesto marxiano de que la evolución de las fuerzas de producción acabaría provocando una reducción del tiempo que necesitamos dedicar al trabajo, y esto sería una forma de liberación.
Dicho de forma rápida y simplificada el diagnóstico de Arendt sería algo así: Consumir para trabajar y trabajar para consumir, pero -cada vez más- consumir ocio (lo que caracteriza a las sociedades "desarrolladas"). Productos de ocio, como una especie de nuevo "opio del pueblo": el ocio carece así de toda función emancipadora.

1 comentario:

Roscharch dijo...

No sé... siento que lo que ocurre es que no se nos ha "enseñado" a utilizar el ocio; digo, yo lo entiendo como un momento que puede ser de un trabajo, que no haga daño a nadie (aunque tal vez nos dañe a nosotros mismos) pero que lo haga sin la obligación (como el trabajo en sí) de responder a terceros; es como una especie de mini-plenitud. Esa clase de ocio que nos enorgullece, como cuando un fin de semana, dejas tu oficina y te dedicas a hacer los muebles de tu casa, o aprendes encuadernación...