miércoles, 21 de febrero de 2007

HUME 2

EL ESCEPTICISMO MODERADO DE DAVID HUME (mundo, yo-sustancia, y Dios)

I. La existencia de cuerpos u objetos independientes de la mente
(Nos referimos a lo que en Descartes sería la sustancia extensa o mundo, y coincidiría con uno de los aspectos fundamentales de lo que en clase hemos llamado "realidad extramental").
Según Hume la creencia en la existencia cuerpos u objetos independientes de la mente o de la percepción es algo natural: Hume no rechaza esta creencia, pues todas las personas actuamos dando por hecho que tales cuerpos existen, incluyendo nuestro propio cuerpo (de otra manera sería complicado vivir). No niega, por tanto, la existencia de tales objetos, sino la posibilidad de probar o demostrar su existencia ya que los seres humanos nos encontramos limitados a lo que podemos percibir: todas nuestras ideas provienen en última instancia de nuestras percepciones, por tanto, no podemos concebir cómo son en realidad los objetos aparte de nuestras percepciones, no podemos acceder a un mundo exterior a nuestras percepciones e independiente de ellas.
{Hume escribió en su Tratado de la naturaleza humana (1739-1740): "dado que nada hay presente a la mente sino las percepciones, y que todas las ideas se derivan de algo que con anterioridad se hallaba ya ante la mente, se sigue que nos es imposible concebir o formar una idea de algo que sea específicamente distinto a las ideas e impresiones. Dirijamos nuestra atención fuera de nosotros cuanto nos sea posible; llevemos nuestra imaginación a los cielos [encuentro inevitable recordar aquí el recurso del Ojo de Dios en Putnam, que equivaldría a nuestro punto de vista como espectadores de Matrix: podemos comparar lo que hay en la mente de los "conectados" y lo que es el mundo real (extramental)], o a los más extremos límites del universo: nunca daremos realmente un paso fuera de nosotros mismos, ni podremos concebir otra clase de existencia que la de las percepciones manifiestas dentro de esos estrechos límites" (p. 125)}.
Aunque no podemos acceder a un mundo independiente y exterior a nuestras percepciones sí podemos tratar de explicar cómo llegamos a creer en la existencia de ese mundo: podemos investigar los motivos o las causas que nos llevan a creer en la existencia de cuerpos como algo distinto de nuestras mentes y percepciones. [La película Matrix nos ayuda a entender la diferencia entre percepciones y objetos reales: los que están "conectados" tienen percepciones, y no distinguen entre percepciones y objetos extramentales, pero sus percepciones no corresponden a objetos reales extramentales ni se originan en ellos (sino en la estimulación directa del sistema nervioso a través de un sistema informático). Aunque seguramente dentro de Matrix habría algún filósofo que distinguiera entre las percepciones y los objetos].
La explicación de esta creencia no puede hacerse en términos de causalidad (sabiendo que para Hume la causalidad es solo una conjunción o una sucesión constante), ya que para afirmar que las percepciones se derivan causalmente de los objetos debería darse una conjunción constante entre dos series de percepciones y eso es imposible en este caso, es decir, no podemos observar la conjunción constante entre objetos y percepciones, puesto que solo disponemos de las segundas (no podemos concebir los objetos salvo por medio de las percepciones).
Nuestra creencia en la existencia independiente de los cuerpos no se debe a los sentidos, ni a la razón, sino a una tendencia espontánea de la imaginación a partir de nuestras percepciones (Por ejemplo -y simplificando-, si hoy tengo una impresión de Sierra Nevada, y mañana vuelvo y tengo una impresión semejante y coherente con la primera mi imaginación tiende a suponer que allí hay algo, un objeto, independiente, -una realidad extramental-). La memoria desempeña un papel fundamental en este proceso (en nuestro ejemplo influiría también el hecho de haber visto antes otras montañas nevadas).
Conclusión: El escepticismo en esta punto no se refiere tanto a la existencia independiente de objetos exteriores a la mente, más allá de las percepciones, sino a la posibilidad de probar y conocer (o justificar) racionalmente dicha existencia. Es únicamente un escepticismo teórico, ya que en la práctica no hay ningún problema en mantener esta creencia, que es natural y conveniente. [No niega la existencia de ese mundo independiente, pero creo que tampoco puede negar su inexistencia]. Según F. Duque debe rechazarse la hipótesis de que Hume es un fenomenalista a ultranza que no puede salir de la cárcel de sus percepciones.

II. El problema del yo y la identidad personal*
Cuando estudiamos estos apuntes no solo lo hacemos por el placer de aprender (aunque algunos no lo crean ese placer existe), sino también para beneficiar a un yo futuro, alguien que aún no soy pero que se beneficiará de mi trabajo actual (disfrutando de las vacaciones de verano, aprobando la selectividad, eligiendo una carrera atractiva, etc.). Todo esto porque se supone que entre ese alguien y mi yo actual hay una estrecha conexión: son (somos o seremos) la misma persona. Bueno, esta es una forma de empezar a hablar del problema de la identidad personal, que implica preguntarse por lo que permanece a través de los cambios que constituyen nuestra vida.
Es evidente que tanto físicamente como psíquicamente cambiamos a lo largo de la vida, y por supuesto nuestra vida mental es un flujo constante (algo así como el "todo fluye" de Heráclito), entonces ¿qué es lo que hace que sigamos siendo nosotros mismos?, ¿cuál es el elemento permanente?
En Hume esta cuestión aparece asociada a la noción de yo como sustancia (que, recordemos, en Descartes es la sustancia pensante, y coincide con el alma). "No tenemos idea alguna del yo", afirma Hume (T. 354), pero esto no quiere decir que no tengamos la sensación de ser nosotros mismos, tal sensación interior la tenemos todos (a no ser que padezcamos una enfermedad mental o neurológica), incluido Hume. Sin embargo, también podemos sentir la discontinuidad en nuestra manera de ser, de comportarnos o de pensar.
Para indagar acerca de una eventual idea del yo Hume aplica el principio (la prueba o el criterio) empirista de verdad: "¿de qué impresión podría derivarse esa idea?" (puesto que toda idea proviene, directa o indirectamente, de las impresiones). Y responde: "Si hay alguna impresión que origine la idea del yo, esa impresión deberá seguir siendo invariablemente idéntica durante toda nuestra vida, pues se supone que el yo existe de este modo. Pero no existe ninguna impresión que sea constante e invariable. Dolor y placer, tristeza y alegría, pasiones y sensaciones se suceden una tras otra, y nunca existen todas al mismo tiempo. Luego la idea del yo no puede derivarse de ninguna de estas impresiones, ni tampoco de ninguna otra. Y en consecuencia no existe tal idea" (T. 355).
Como verás todo el argumento se basa en el supuesto de que "el yo existe de ese modo", es decir, invariablemente idéntico durante toda nuestra vida. Y este pez (el yo entendido como una idea permanente e inalterable) no lo podemos encontrar en la pecera de nuestra mente, por mucho que busquemos. Escribe Hume: "En lo que a mí respecta, siempre que penetro más íntimamente en lo que llamo mí mismo [por tanto, Hume reconoce que hay algo a lo que llamar mí mismo] tropiezo en todo momento con una u otra percepción particular, sea de calor o frío, de luz o sombra, de amor u odio, de dolor o placer. Nunca puedo atraparme a mí mismo en ningún caso sin una percepción, y nunca puedo observar otra cosa que la percepción" (355). Eso es lo único que encontramos en nuestra mente cuando miramos en ella: "un haz o colección de percepciones diferentes" que "están en un perpetuo flujo y movimiento" (356). Sin embargo pensamos, creemos, que esas percepciones son DE alguien (yo). Según Hume, esta creencia en un yo se debe al funcionamiento de la memoria, que nos da la sensación de continuidad. Pero no explicó con precisión este funcionamiento.

[Podemos concluir de todo esto que el yo como sustancia constante e invariable -o alma-, no es la respuesta al problema de la identidad personal].

*El término "identidad" tiene distintos significados. Hume no es muy preciso al usarlo. Locke planteó el problema considerando que "persona" es "un ser pensante, inteligente, dotado de razón y reflexión y que puede considerarse como él mismo, el mismo ente pensante en distintos momentos y lugares". La respuesta de Locke fue: lo que constituye la identidad personal es la conciencia, inseparable del pensamiento [Cf. La metamorfosis de Kafka]. Tanto Locke, como Hume, realizan una crítica de la utilización del alma (de la identidad del alma) como criterio de identidad personal.

III. El agnosticismo (y la religión)

(a) La inmortalidad del alma: la inmortalidad del alma es indemostrable. Otra cuestión es que Hume creyese o no en ella (ya que una cosa es creer y otra demostrar): hay motivos para pensar que, personalmente, tuviera serias dudas sobre la inmortalidad.

(b) La existencia de Dios: La existencia de Dios es también indemostrable. Puede que haya cosas que no sean percepciones, pero si las hubiera no podríamos saber lo que son. Como mucho podríamos suponer que el mundo tiene una causa inteligente, pero no podemos saber en qué consiste tal causa, qué características tiene [cf. Kant], por lo que no cabe identificarla con el Dios del cristianismo o de otra religión.

(c) La religión: la posición de Hume no está definida de manera concluyente, pero la categoría más apropiada para él sería el agnosticismo. Por otra parte, criticó la influencia de las religiones sobre los seres humanos, especialmente el fanatismo religioso.



(Para elaborar estos apuntes se han utilizado diversas fuentes, como el Tratado de Hume, el "Estudio preliminar" de F. Duque, y la Historia de la Filosofía de Copleston.

martes, 13 de febrero de 2007

PARA LA TERCERA PREGUNTA DE SELECTIVIDAD

COMPARACIÓN
I) PLATON
-La comparación más habitual será con los sofistas (temas: teoría del conocimiento, escepticismo, relativismo, educación) o con Epicuro (papel de los sentidos en la teoría del conocimiento, rechazo del dualismo, rechazo de los valores absolutos, reivindicación del cuerpo, etc.)
-En cuanto al dualismo: también se puede comparar con el dualismo de Descartes, y relacionarlo con el problema mente-cerebro.
-El innatismo sugiere la referencia a Descartes y al empirismo (también a Aristóteles; por otra parte, puede relacionarse con el a priori kantiano).
-El mito de la caverna, además de enlazar con la teoría del conocimiento antes mencionada, y con el dualismo ontológico, permite hablar de Matrix, o de los medios de comunicación (especialmente la televisión).
-Algunas cuestiones pueden tratarse desde la crítica de Aristóteles indicada en el libro de texto.
-Finalmente, las cuestiones políticas sugieren la comparación con la democracia y sus valores (por ejemplo, ver la sección sobre el liberalismo político de Locke en el libro de texto).

II) DESCARTES
-La comparación habitual se establece con el empirismo:
A.- Ideas (ver la sección correspondiente), criterio de verdad, origen y justificación del conocimiento, el escepticismo moderado de Hume, razón y experiencia, etc. (Aunque el empirismo rechace las ideas innatas, epistemológicamente el punto de partida en el conocimiento es, en general, el mismo que en el racionalismo: las ideas [en contraste con la noción de verdad como adecuación]. Nuestro conocimiento del mundo o de la realidad está mediatizado por nuestras ideas. Una diferencia relevante es que mientras Descartes consigue establecer y recorrer el puente (las ideas) hacia la realidad extramental, en el empirismo ese salto es más difícil, la posibilidad de ir más allá de las ideas como contenidos mentales es siempre problemática (v., el escepticismo de Hume).
B.- Teoría de la sustancia o metafísica en Locke y crítica de Hume.
-El dualismo: Platón, el problema mente-cerebro, así como la "respuesta" al escepticismo.
-El mecanicismo contrasta con las interpretaciones clásicas (Aristóteles) que vinculaban vida y alma.
-Kant retoma elementos del racionalismo y del empirismo (no todo el conocimiento procede de la experiencia, pero sin experiencia no hay conocimiento, no hay objeto). Además, en su obra puede observarse una crítica de la metafísica racionalista.

III) KANT
-Ver las referencias anteriores en Platón y Descartes.
-Ética: Aristóteles, Epicuro, Hume.

ACTUALIDAD Y VALORACIÓN: ALGUNAS SUGERENCIAS
I) PLATON
-El relativismo y la cuestión de la verdad.
-La caverna de Platón permite, además, reflexionar (como hemos visto) sobre el papel de los medios de comunicación, especialmente la televisión.
-El dualismo alma-cuerpo, también ya mencionado, ha sido trabajado en conexión con el problema mente-cerebro.
-En Platón se suscitan distintas cuestiones éticas y políticas (recuerda que su modelo no es democrático), así como la propia relación entre ética y política.

II) DESCARTES
-El problema del relativismo, que planteamos a partir de los sofistas, puede ser aplicable generalmente a la discusión de cualquier propuesta en teoría del conocimiento, al igual que la cuestión del escepticismo (considerada durante el curso a propósito de Matrix). Un ejemplo: ¿Qué queda hoy de la certeza cartesiana?.
Un tema a discutir en este punto es el de "la verdad".

La demostración de la existencia de Dios, su papel como garantía del conocimiento: puesto que la existencia de Dios es indemostrable (incluso el Dios de Descartes puede considerarse algo cultural), depende de las creencias, etc., ¿quedaría garantizado el conocimiento?
-El dualismo.

III) KANT
-Sobre Kant: ver la entrada específicamente dedicada al texto de Kant

viernes, 9 de febrero de 2007

HUME 3

HUME. LA INDUCCIÓN Y LA RELACIÓN CAUSAL.

FUTUROLOGÍA COTIDIANA: Nuestra vida cotidiana se mueve sobre las expectativas de futuro como un tren sobre sus raíles. Está tejida y sostenida por continuas predicciones, implícitas en la mayoría de los casos. Hemos aprendido a predecir que si ponemos la mano en el fuego nos quemaremos, hemos aprendido que si tenemos una piedra en la mano y la soltamos caerá al suelo (este tipo de predicciones simples no es exclusivamente humano), y podemos predecir lo que, más o menos, nos pasará si nos tiramos desde una ventana sin necesidad de comprobarlo. Y siempre que una bola de billar choque contra otra ésta se moverá, pero “siempre” sólo quiere decir “hasta ahora”.
Creemos que hay muchos acontecimientos conectados por una relación de causalidad, es decir que unos son causas de otros (efectos). La cuestión de la relación de causalidad está estrechamente vinculada al problema de la inducción, y al tema de la inferencia del futuro a partir del pasado (la anticipación del futuro)[1]. La relación de causalidad puede interpretarse dentro del esquema general de nuestra manera de afrontar el futuro a partir de nuestras experiencias pasadas: [Experiencias repetidas= costumbre/hábito= creencias= expectativas de futuro]. En este sentido, la relación de causalidad no sería una propiedad de la realidad, sino una “creación” de los sujetos, de los seres humanos[2]. El ser humano muestra una tendencia natural a vivir según costumbres, y es la costumbre la que nos impulsa a creer que cierto hecho (B) se producirá cuando cierto hecho (A) se produce o se ha producido.
Este mismo impulso a creer que cierto hecho se producirá está presente tanto en la inducción como en la relación de causalidad. En ninguno de los dos casos podemos encontrar una impresión que los justifique (principio empirista o criterio empirista de verdad).

LA RELACIÓN CAUSA/EFECTO
En el caso de la relación de causalidad suponemos que cierto hecho (al que llamaremos B) se producirá si se produce otro cierto hecho (al que llamaremos A), ya que en el pasado nos hemos acostumbrado a que cuando se producía A también se producía B. Estamos tan acostumbrados a que una cosa acompañe o suceda a la otra que siempre esperamos que ocurra lo mismo. Esta es la base de una manera de concebir la ciencia y la naturaleza: creemos que hay leyes de la naturaleza que son universales y necesarias, es decir, que siempre se cumplen y siempre se cumplirán, pero Hume niega la existencia de este tipo de leyes[3].
Analizemos lo que ocurre cuando una bola de billar blanca choca con otra negra y ésta se mueve: las únicas impresiones que tenemos son que primero se mueve la bola blanca hasta llegar junto a la bola roja y que después se mueve la bola roja. Por tanto basándonos únicamente en nuestras impresiones (principio empirista) lo único que podemos afirmar es que la bola blanca se movió hasta llegar junto a la bola roja y que después se movió la bola roja (quizás podamos añadir que al tomar contacto se escuchó un sonido), pero no podemos afirmar nada sobre causas y efectos. Nuestras impresiones no nos autorizan a afirmar que una cosa es causa de otra (lo que llamamos causa es una conjunción constante).
Nos hemos acostumbrado a que en una tormenta los truenos van precedidos por relámpagos: cuando vemos un relámpago esperamos oir un trueno ¿Pero significa eso que el relámpago es la causa del trueno?[4]. No, el hecho de que un acontecimiento suceda o acompañe normalmente a otro no significa que sea su causa o su efecto.

LA INDUCCIÓN
Al igual que la relación causal, la inducción manifiesta nuestra manera de afrontar el futuro a partir de nuestra experiencia pasada.
En lógica una inducción es un razonamiento mediante el cual obtenemos una conclusión general o universal a partir de un conjunto de premisas particulares. Por ejemplo, observamos un cuervo y vemos que es negro, luego otro y comprobamos que es negro, y así un número determinado de veces. Todos son casos particulares: se refieren a un sólo cuervo o a una sola y concreta observación de cuervos. Finalmente, sacamos la conclusión general: los cuervos son negros, con la que nos referimos a todos los cuervos. Pero apliquemos a esto el análisis que Hume hace de nuestras predicciones y anticipaciones del futuro: el hecho de que en el pasado nos hayamos acostumbrado a que todos los cuervos observados fueran negros no garantiza que en el futuro las cosas sigan siendo igual. No está garantizado que el próximo cuervo que veamos no sea de otro color.
Los científicos suelen utilizar la inducción para apoyar sus teorías o para avanzar en sus investigaciones, aunque sólo proporcione conclusiones probables (y no seguras). Pero la estructura de la inducción, aplicada de una manera informal, está también en la base de las predicciones implícitas sobre las que se desarrolla nuestra vida contidiana.

ALGUNAS CONCLUSIONES:
A Hume le interesa mucho la naturaleza humana, cómo es el ser humano. ¿Qué nos dice toda esta investigación acerca de nosotros, los seres humanos?: nos demuestra la importancia que para el ser humano tienen las costumbres y las creencias. El ser humano es un ser de hábitos (más que un ser racional).
En todo esto podemos, además, apreciar un aspecto de Hume como filósofo ilustrado: la lucha contra los prejuicios y el desenmascaramiento de las opiniones preestablecidas.

[1] Así es introducida en el libro de texto de Santillana.
[2] Como la idea (compleja) de Pegaso: nunca hemos tenido la impresión de un caballo alado.
[3] Hume no niega la existencia de estas leyes, sino nuestra capacidad para conocerlas.
[Aquí creo que podemos apreciar un aspecto de la vinculación entre empirismo y escepticismo en Hume].
[4] El relámpago no es la causa del trueno, sino que ambos están producidos por una descarga eléctrica (en realidad volvemos a introducir la idea de causa al decir que "están producidos").

HUME


"Hablando en general, los errores en materia de religión son peligrosos; los de la filosofía simplemente ridículos"*
David Hume

TEORÍA DEL CONOCIMIENTO (con frecuencia esta parte de la filosofía se denomina epistemología –especialmente cuando se refiere al conocimiento científico– o gnoseología).

(1) Ideas e impresiones:
Las ideas y las impresiones (ambas constituyen lo que Hume denomina percepciones) forman el contenido de la mente. Las ideas son fundamentalmente copias desvaídas (menos intesas) de las impresiones. Las ideas serían como las huellas que las impresiones dejarían en nosotros. Las impresiones pueden ser de sensación o de reflexión, según se produzcan por la estimulación de los sentidos o por estados internos. Por tanto, las ideas (las copias o "huellas") pueden tener dos orígenes: los sentidos (vista, oído, etc.) o la actividad de la propia mente. En el primer caso son ideas de sensación puesto que proceden de impresiones de sensación, y en el segundo caso se llaman ideas de reflexión, pues son generadas a partir de impresiones de reflexión (emociones y pasiones).

(2) Origen del conocimiento:
Todos los contenidos de la mente proceden de la experiencia, es decir, de las impresiones.
En la terminología de Hume estos contenidos (o representaciones mentales) son las ideas (un pensamiento es una idea, pero también lo es una imagen mental, como las que tenemos cuando recordamos una cara o un lugar).
Hemos visto que las ideas pueden ser simples o complejas. En el caso de las primeras se puede afirmar, sin excepciones, que toda idea simple procede de su correspondiente impresión simple. Pero en el caso de las ideas complejas la conexión entre impresiones e ideas puede ser distinta, ya que caben dos posibilidades:
1) Que ocurra como con las ideas simples y una idea compleja derive de su correspondiente impresión compleja. Por ejemplo, si subimos a Gibralfaro y contemplamos la ciudad tendremos una impresión compleja de parte de Málaga, puesto que comprende varias calles, distintos edificios, la plaza de toros, etc., la idea (imagen que queda en la mente) derivada de esta impresión será también una idea compleja.
2) Pero a veces poseemos ideas complejas (como la de centauro, la de ángel, o la de Dios, incluso) que no son la reproducción (copia) de su correspondiente impresión compleja: no proceden directamente de una impresión compleja (nunca hemos visto un centauro real, ni hemos tenido una impresión de Dios). ¿Significa esto que la tesis empirista que afirma que todas las ideas proceden de la experiencia no es válida en estos casos?[1].
La respuesta es negativa, también en estos casos sigue siendo verdadera la tesis de que toda idea procede de la experiencia (de las impresiones), aunque de manera indirecta: pasando por la mediación de la imaginación. La idea de centauro procede de las impresiones, pero no de la impresión de centauro, claro está, sino de las impresio­nes de caballo y de hombre manipuladas y combinadas por la imaginación (toda idea compleja puede descomponerse en ideas simples y volver a ser reconpuesta de otra manera, utilizando las ideas simples como elementos de un puzle). De la misma manera, la idea de ángel puede formarse a partir de varias ideas simples originadas, éstas sí, en la experiencia. Por tanto, muchas ideas complejas son construidas por nosotros mismos mediante este procedi­miento de cortar y pegar, pero siempre utilizando los materiales que nos proporciona la experiencia.

CONOCIMIENTO Y VERDAD.
EXPRESIONES DEL PRINCIPIO EMPIRISTA (Y EL CRITERIO EMPIRISTA como correlato del criterio de verdad de Descartes).
-El conocimiento sólo puede ser de relaciones de ideas o de hechos. Todo lo que no sea o bien relaciones entre ideas[2] o bien cuestiones de hecho es ilusorio. Las relaciones entre ideas y las cuestiones de hecho delimitan el ámbito de lo que puede ser aceptado como real o como verdadero: "Cuando tenemos un libro en la mano, preguntémonos: ¿Contiene algún razonamiento abstracto refererente a tamaños y cifras? No. ¿Contiene algún razonamiento de experiencia referente a hechos y existencia? No. Entonces déjaselo a las llamas, pues no contiene nada más que pedantería y quimeras" ["pedantería y quimeras": connotación ilustrada].

-Para averiguar si una idea (un contenido mental) está fundada en la realidad o, por el contrario, es falsa, hay que preguntar ¿de qué impresión viene esta idea?. Si no encontramos una impresión que le corresponda entonces esa idea no tiene fundamento real (sino que ha sido construida por la mente a partir de ideas simples mediante el procedimiento de cortar y pegar).

[1] Hume admite alguna excepción que no consideraremos aquí porque no altera el mensaje principal.
[2] Estas relaciones podrían corresponderse con el campo propio de lo que hoy llamamos ciencias formales, la matemática y la lógica.

Enlaces: aquí encontrarás unos apuntes interesantes elaborados por un profesor de La Coruña http://www.paginasobrefilosofia.com/html/index.html

*Esta frase expresa uno de los aspectos esenciales de Hume: su oposición al fanatismo religioso. Sobre esta cuestión consulta la sección dedicada a su escepticismo moderado.


A.M.

domingo, 4 de febrero de 2007

DESCARTES: MEDITACIONES METAFÍSICAS (Fragmentos)

I. EL PROBLEMA DEL DUALISMO.
a) El dualismo (y el yo como sustancia pensante):“Puesto que sé de cierto que existo, y, sin embargo, no advierto a mi naturaleza o a mi esencia le convenga necesariamente otra cosa, sino que yo soy algo que piensa, concibo muy bien que mi esencia consiste sólo en ser algo que piensa, o en ser una sustancia cuya esencia o naturaleza toda es sólo pensar. Y cuando, acaso, o más bien, ciertamente [Descartes puede afirmar como algo cierto que tienen un cuerpo tras superar la duda metódica y disponer del criterio de verdad definido por la claridad y la distinción], como luego diré, tengo yo un cuerpo al que estoy estrechamente unido, sin embargo, puesto que por una parte tengo una idea clara y distinta de mi mismo, según la cual soy algo que piensa y no extenso, y por otra parte, tengo una idea distinta del cuerpo, según la cual, éste es una cosa extensa, que no piensa, resulta cierto que yo, es decir, mi alma, por la cual soy lo que soy, es entera y verdaderamente distinta de mi cuerpo, pudiendo ser y existir sin el cuerpo [Aquí se ponen las bases de la inmortalidad del alma]” (Sexta Meditación, pp. 205-206, Tecnos, 2002).

b) El problema de la relación alma-cuerpo (hoy se suele plantear como problema de la relación mente-cerebro o mente-cuerpo): ¿Cómo es que siento en mí -sustancia pensante- lo que le pasa al cuerpo? Descartes dirá que el alma y el cuerpo, a pesar de ser realidades diferentes, están unidas de una manera especial. Es conocida su comparación con el piloto de un barco:“También me enseña la naturaleza [se refiere a la naturaleza y las capacidades humanas], por medio de esos sentimientos de dolor, hambre, sed, etc., que no estoy metido en mi cuerpo como un piloto en su navío, sino tan estrechamente unido y confundido y mezclado con él, que formo como un solo todo con mi cuerpo. Pues si esto no fuera así, no sentiría yo dolor cuando mi cuerpo está herido, puesto que soy solamente una cosa que piensa; percibiría la herida por medio del entendimiento, como un piloto percibe, por medio de la vista, lo que se rompe en su barco. Y cuando mi cuerpo necesita comer o beber, tendría yo un simple conocimiento de esta necesidad, sin que de ella me avisaran confusos sentimientos de hambre o sed; pues, en efecto, todos esos sentimientos de hambre, sed, dolor, etc. no son sino ciertos confusos modos de pensar, que proceden y dependen de la íntima unión y especie de mezcla del espíritu con el cuerpo” (p. 208).

II. EL CUERPO-MÁQUINA (mecanicismo)
-“Y así como un reloj, compuesto de ruedas y contrapesos, no observa menos exactamente las leyes de la naturaleza cuando está mal hecho da mal las horas, que cuando cumple enteramente los deseos del artífice, así también, si considero el cuerpo humano como una máquina [un mecanismo] construida y compuesta de huesos, nervios, músculos, venas, sangre y piel, de tal suerte que, aunque ese cuerpo no encerrara espíritu alguno, no dejaría de moverse como lo hace ahora [Esto último pudo llegar a ser considerado peligroso para la religión establecida], cuando se mueve sin ser dirigido por la voluntad y, por consiguiente, sin ayuda del espíritu y sólo por la disposición de sus órganos; si considero, digo, el cuerpo como un máquina...” (pp. 211-212).

DESCARTES (APUNTES)




El rechazo al saber aprendido, tradicional o histórico, desemboca en Descartes en el recurso al yo (v., el comienzo del texto de la segunda parte del Discurso, así como la primera parte -consta de seis partes en total-), y más concretamente al yo como razón. Esta actitud se completa con la desconfianza en el testimonio de los sentidos.
Por otro lado, la insatisfacción del autor acerca de los saberes establecidos (con especial relevancia de sus estudios en el colegio de La Fleche, herederos de la escolástica medieval), junto a otros signos de incertidumbre presentes en la cultura de la época (la revolución científica, la crisis en el seno del cristianismo), lo impulsan a la búsqueda de seguridad, seguridad que en el ámbito del conocimiento se denomina certeza. Su objetivo será obtener un sistema de conocimien­tos seguro, verdadero y que permita, realmente, progresar a la filosofía (como ocurre en la ciencia – el modelo del método cartesiano lo proporcionarán las matemáticas–).

LA VERDAD COMO CERTEZA
-Depende de la función de las ideas en el conocimiento y contrasta con la teoría de la verdad como adecuación (entre mente y mundo, o entre sujeto y objeto del conocimiento).
La certeza designa una seguridad subjetiva, es decir se considera que algo (una proposición) es cierto cuando es indudable, de ahí que la indudabilidad que caracteriza tanto la primera regla del método cartesiano (evidencia), como la primera verdad (cogito ergo sum), equivale a la certeza.
Pero todos sabemos que podemos estar seguros de algo (certeza) y, sin embargo, estar equivocados: en este caso la certeza y la verdad serían claramente distinguibles. El propio Descartes reconocía que muchas cosas que se habían dado por ciertas no lo eran (eran dudosas). Su método tiene, precisamente, el objetivo de alcanzar una certeza genuina, es decir, en la que no quepa el error; para lo que será fundamental la existencia de un Dios perfecto (no engañador).

EL MÉTODO.
1) Definición: Un conjunto de reglas ciertas y fáciles tales que todo aquel que las observe exactamente no tome nunca algo falso por verdadero, y sin gasto alguno de esfuerzo mental, sino incrementando paso a paso su conocimiento llegue a una verdadera comprensión de todas aquellas cosas que no sobrepasen su capacidad (R. D.).
[En la primera parte de El Discurso del Método escribió: "he llegado a formar un método, por medio del cual me parece que es posible aumentar gradualmente mi conocimiento y elevarlo poco a poco hasta el punto más alto , al que la mediocridad de mi ingenio y la brevedad de la vida puedan permitirle llegar" -Observa el carácter gradual de este proceso y sus límites-. El título completo de esta obra publicada en Holanda en 1637 es: Discours de la méthode pour bien conduire sa raison, et chercher la vérite dans les sciences. Plus la Dioptrique, les Météores et la Géométrie qui son des essais de cette méthode. Como ves lo que normalmente estudiamos como Discurso del Método es solo una parte de la obra original en la que el método es aplicado a la investigación en diversas ciencias].

2) Las operaciones fundamentales de la mente.
(2.1) Intuición:
-Intelectual (ni de los sentidos ni de la imaginación) [Atención: no confundir con el significado usual actual que indica más bien algo al margen de la razón o en contraste con ella, aquí se trata de una intuición racional].
-Mente atenta y no nublada.
-A la sola luz de la razón.
-Claridad (presencia y manifestación) y distinción (separación).
(2.2) Deducción:
-Inferencia necesaria.
-Implica la intuición, pero se diferencia de ella en que lleva consigo "un cierto movimiento o sucesión".

3) Las reglas (21 en otra obra son reducidas a 4 en el Discurso del método):
-Evidencia: Esta regla es fundamental, incluye las condiciones de claridad, distinción e indudabilidad.
-Análisis.
-Síntesis.
-Enumeración.

EL CRITERIO DE VERDAD
Se obtiene a partir de la verdad de que ya dispongo (cogito ergo sum). Esta primera certeza, que ha vencido a la duda, será examinada para hallar un criterio que pueda ser aplicado a otros contenidos. Así, Descartes encuentra que lo que ha caracterizado la intuición de esa primera verdad ha sido su claridad y su distinción. Por tanto, será verdadero aquello que concebimos clara y distintamente. Son dos términos que en el autor poseen un significado técnico:
-Claridad: Descartes llama "claro" al conocimiento que está presente y manifiesto a un espíritu atento.
-Distinción: llama "distinto" al conocimiento que es preciso y diferente de todos los demás (es decir, que aparece separado, se distingue con precisión de otras ideas).
Atención: si es distinto es claro, pero si es claro no necesariamente será distinto.
De esta manera, Descartes concluye que todo aquello que reúna las mismas características que la intuición del cogito deberá ser admitido como verdadero.

LAS IDEAS
Si lo comparamos con el cocepto platónico de idea (Idea o Forma) el de Descares coincide en determinado sentido con el de los empiristas (aunque con diferencias terminológicas): entidades que solo existen como contenido de alguna mente. En el siglo XVII fue común esta forma de entender las ideas como objetos de conciencia, tanto el imaginar, cuanto el recordar, el soñar, o el pensar se refieren a ideas. Experimentar dolor es experimentar una idea, y al igual que el dolor todas las ideas son subjetivas (solo yo tengo acceso directo a ellas). No solamente cuando imaginamos o pensamos tenemos ante nosotros ideas, sino también cuando percibimos: en ese momento de lo que somos directamente conscientes es de las ideas (lo que hay en nuestra mente o forma parte de ella -en el vocabulario de Hume se les llama percepciones-) y no de los objetos físicos que se supone estamos percibiendo. Pero entonces ¿cómo podemos saber si nuestras ideas reflejan fielmente el mundo real -la realidad extramental, incluyendo objetos no físicos-? (como se verá en la sección Hume 2, la película Matrix ayuda a comprender esta diferencia entre ideas y realidad) ¿Cómo podemos distinguir entre ideas que reflejan o transmiten correctamente la información de ese mundo y las que no?. [v., también, los documentos de mi artículo sobre Matrix: Matrix como recurso didáctico en filosofía].
Esta concepción de las ideas (con las diferencias terminológicas ya mencionadas), y el problema de su relación con la realidad, constituye un punto de partida común para Descartes, Locke y Hume (entre otros), pero mientras que el primero considera que puede establecerse firmemente -y en cierto modo, fácilmente- esa conexión, en el caso de los empiristas el puente entre ideas y realidad será problemático.

Entre los documentos de mi artículo sobre Matrix (v., el enlace más arriba) el primer texto trata sobre la noción de "ideas" en el siglo XVII. El término ideas suele incluir no solo pensamientos o recuerdos, sino también las percepciones, entendidas como representaciones de la realidad. Como un ejemplo para entender este punto de vista me he referido en varias ocasiones a la naturaleza del color, afirmando que el color como tal no existe en el mundo exterior (extramental), sino que es producido por el cerebro. El siguiente documental pueder servir para entender mejor la naturaleza del color: La Percepción


LAS IDEAS INNATAS
En Platón el término “idea” o “forma” designa una realidad extramental, una entidad que existe independientemente de nuestra mente, de la mente humana, sin embargo, en Descartes aparece ya con un sentido más cercano a nosotros: como contenido mental o de conciencia, las ideas son los contenidos de la mente. Distintas afirmaciones de Descartes sugieren que es posible construir la metafísica y la ciencia deductivamente a partir de cierto número de ideas innatas: “ciertos gérmenes de verdad que existen naturalmente en nuestras almas” [al hablar de gérmenes de verdad quiere decir que no están presentes como ideas acabadas ya en la mente del niño]. Todas las ideas claras y distintas son innatas (¿De dónde vienen esas ideas? Por supuesto, de Dios que nos ha creado de esa forma). A veces da a entender que estas ideas no son “contenidos” separados de la mente, sino más bien formas de pensar que no se diferencian realmente de la mente misma o de la facultad de pensar (como algo semejante a las categorías kantianas a priori, como veremos). Lo importante es que tales ideas no provienen de la experiencia sensible (las ideas causadas por la percepción sensible son confusas y se denominan adventicias, mientras que las construidas mediante la imaginación se llaman facticias). Sin embargo, la experiencia sensible puede proporcionar la ocasión para que surgan o sean producidas por la mente (las semillas están ahí solo falta, por así decirlo, “regarlas” con lo que percibimos a través de los sentidos).

TAREA DE DESCARTES, a partir del hallazgo del cogito:
Esta tarea consiste en deducir la existencia de la realidad extramental a partir de la existencia del pensamiento (=yo). Parte de las ideas para dar ese paso, y así aparecen (encuentra) las ideas innatas, y entre ellas las de perfección e infinitud que Descartes identifica con Dios. A partir de la idea de Dios pretende demostrar la existencia de Dios. A su vez, la existencia de Dios será el camino para llegar a la existencia del mundo (al convertirla en garantía del conocimiento), de ahí la importancia de la demostración de la existencia de Dios en el sistema de Descartes.

IMPORTANCIA DE LA DEMOSTRACIÓN DE LA EXISTENCIA DE DIOS
La demostración es un paso capital en el sistema cartesiano, es decir, en la aplicación que hace del método, puesto que el criterio de verdad que hemos visto anteriormente no puede ser utilizado hasta que se invalide la posibilidad de un dios engañador, o de una genio maligno. La dificultad estriba en que hay que llegar a la demostración de la existencia de dios partiendo del único dato legítimamente disponible (según las exigencias del método), esto es, del cogito ergo sum.Una vez quede demostrada la existencia de Dios como ser perfecto, será posible utilizar el criterio de verdad, puesto que un ser perfecto no permitiría que nos engañásemos en lo que consideramos evidente (como que dos y dos son cuatro, por ejemplo). Se puede pasar, entonces, a considerar la existencia de cuerpos (res extensa), es decir, la naturaleza y el mundo físico en general. Con lo que tendremos ya todo lo necesario para una fundamenta­ción segura del conocimiento (incluyendo las ciencias de la naturaleza).

EXISTENCIA DE DIOS (demostración)
A) El punto de partida será la presencia en mí (en mi mente, en mi pensamien­to = yo) de la idea de perfección o de la idea de Dios como ser perfecto e infinito. Tal idea no es ni facticia ni adventicia, sino innata.
B) Puesto que, según Descartes, una causa no puede ser inferior al efecto, si el efecto son las ideas de perfección e infinitud, la causa de esas ideas no puede ser imperfecta y finita (porque entonces la causa sería inferior al efecto). En otras palabras, lo más perfecto no puede provenir de lo menos perfecto. Por lo tanto, ¿de dónde procede mi idea de Dios como ser perfecto e infinito? No procede de mí mismo puesto que yo soy finito e imperfecto, ha de proceder de un ser perfecto e infinito, es decir, de Dios.
C) Encontramos también una segunda argumentación complementaria de la anterior. Mientras que la primera sólo demuestra que Dios es la causa de la idea de perfección que encuentro en mi mente, la segunda pretende demostrar que Dios es, también, la causa de mí mismo. [v. Ampliación en mis apuntes].
D) Argumento ontológico. Se basa en el argumento propuesto por S. Anselmo en el siglo XI. Parte, de nuevo, de la idea de Dios como ser perfecto e infinito. Como la existencia es una perfección, Dios, al ser perfecto, existe. Es imposible pensar un ser que sea supremamente perfecto y que no exista.
*EL CÍRCULO VICIOSO: Se le ha hecho esta objeción a Descartes, ya que la demostración de la existencia de Dios se basa en una idea (entre otros principios) cuya veracidad no queda justificada hasta que no se demuestra la existencia de Dios (no engañador).

LA MATERIA
Una vez que las ideas claras y distintas pueden considerarse verdaderas gracias a que la demostración de la existencia de Dios como ser perfecto (no engañador), podemos acceder al conocimiento de la tercera sustancia: la res extensa, la materia, los cuerpos físicos, cuya característica esencial (atributo en la terminología de Descartes) es la extensión. Tener extensión quiere decir tener medidas, magnitudes, en otras palabras: ser mesurable, ser cuantificable, tener peso, altura, anchura, etc. (lo que, a su vez, significa poder ser expresado en lenguaje matemático) [Observa que esto coincide con lo que se denomina "cualidades primarias"].Descartes no se fía en principio de sus sentidos: acepta que puesto que tiene percepciones y sensaciones, éstas podrían estar provocadas por cuerpos y objetos físicos. Pero la existencia de los mismos no se justifica simplemente por la información de los sentidos, sino porque tenemos una inclinación natural a creer que su origen está en causas materiales, y Dios sería engañador si produjese directamente en nosotros tales percepciones (Berkeley) dándonos al mismo tiempo esa inclinación. El autor no desarrolla especialmente estas cuestiones, y tampoco lo hace con la existencia de otras mentes (Copleston, 4, 114).

El mecanicismo:
Así se denomina la concepción cartesiana del cuerpo. El cuerpo sería como una máquina en el sentido de que realiza diferentes funciones sin ser guiado por la volundad, sin que pensemos en ellas (funciones automáticas como la circulanción de la sangre). Esta concepción supuso en su momento un avance en el estuido científico del cuerpo, sin embargo, actualmente su pervivencia no es deseable, ya que tratamos de entender al ser humano como un organismo psicofísico. El la parte quinta del Discurso del método escribió a propósito de su teoría mecanicista: "Lo cual no parecerá en modo alguno extraño a quienes, sabiendo cuántos diferentes autómatas o máquinas que se mueven puede hacer la industria humana, empleando en ello muy pocas piezas en comparación con el gran número de huesos, músculos, nervios arterias, venas y todas las demás partes que hay en el cuerpo de cada animal, consideren este cuerpo como una máquina que, habiendo sido hecha por la mano de Dios, está incomparablemente mejor ordenada y es capaz de movimientos más admirables que ninguna de las que pueden ser inventadas por los hombres". Tanto en las Meditaciones metafísicas como en el Discurso del método Descartes compara el cuerpo con un reloj.*El dualismo cuerpo/alma (mente):El mecanicismo y el dualismo son, como vemos, complementarios.
La gran novedad introducida por el cartesianismo en la historia del alma consiste en que al establecer la distinción entre sustancia pensante (alma) y sustancia extensa (cuerpo), como realidades autónomas, el fenómeno de la vida se separa del alma y permanece asociado al cuerpo, por lo que se interpretará en términos mecanicistas. De esta forma se abandona “el planteamiento tradicional del tema del alma que siempre se había considerado en relación con la vida” (Tomás Calvo, “Introducción” a Aristóteles, Acerca del Alma, p. 98, n. 1).


EL PAPEL DE LA EXPERIENCIA
-por el momento sin contenido-


OTRAS CUESTIONES
- Las emociones. 
Las pasiones son emociones del alma causadas por el cuerpo (excitadas o causadas en el alma por el cuerpo).
- Los animales.
 Según esta definición de las emociones/pasiones los animales no pueden tener emociones ya que carecen de alma, son simplemente máquinas o autómatas. A diferencia de otros cuerpos, los animales son seres vivos, pero la vida es un fenómeno exclusivamente físico (material, corpóreo): "Es la naturaleza la que obra en ellos de acuerdo con la disposición de los órganos, así como un reloj, que está compuesto solamente de ruedas y pesas, puede dar las horas y medir el tiempo más correctamente que nosotros con toda nuestra sabiduría".
El cuerpo humano también es máquina o autómata.


CONCLUSIÓN
Descartes realizó una revolución en la filosofía al tomar como punto de partida el sujeto, y en particular, el pensamiento o a la conciencia, si bien su meta era llegar a la verdad objetiva. Por otra parte, su idea de hacer de la filosofía un conocimiento cierto y riguroso a través de un método (siguiendo el modelo de la ciencia) ha marcado una amplia tradición del pensamiento occidental (aunque la preocupación metodológica está presente en otros autores del siglo XVII). Descartes ha recibido el calificativo de "padre de la filosofía moderna".

RELACIÓN CON OTROS AUTORES
-La comparación más usual es la que se establece entre racionalismo (Descartes) y empirismo (Hume, Locke, etc.). Por ejemplo, la teoría de las tres sustancias contrasta con la crítica de Hume a la metafísica.
-Platón: sin olvidar sus muchas diferencias, tanto Platón como Descartes:
Son dualistas.
Se oponen al escepticismo.
Rechazan el conocimiento basado en los sentidos.
Defienden el innatismo.
Sin embargo, el uso que hacen del término idea debe ser claramente distinguido. Tampoco hay que olvidar que sus concepciones del innatismo y del dualismo son diferentes.

-Aristóteles frente a Descartes: mientras que para el primero un individuo, una persona por ejemplo, es una sustancia, compuesta de materia y forma, pero una sola sustancia, para Descartes una persona estaría compuesta de dos sustancias diferentes (la material y la espiritual –esta última se identifica con el yo, con el alma y con el pensamiento–). La comparación es semejante a la que puede establecerse entre Aristóteles y Platón.
-La demostración de la existencia de Dios puede compararse con la llevada a cabo por Santo Tomás.
- Con respecto a Aristóteles, véase también el mecanicismo y la concepción de la vida. Por otra parte, La Mettrie lleva el mecaniscimo hasta posiciones materialistas.

-Spinoza y Leibniz sobre la cuestión del dualismo.


ACTUALIDAD Y VALORACIÓN. Algunas cuestiones para reflexionar:
- ¿Es demostrable la existencia de Dios?
- ¿Cómo afecta el conocimiento actual sobre la mente y el cerebro al dualismo cartesiano? ¿Es la mente un fenómeno biológico? ¿Somos (nuestro) cuerpo o estamos en nuestro cuerpo?
El problema de la causación mental: ¿Cómo puede la sustancia pensante ser la causa de un movimiento físico o afectar causalmente a la sustancia extensa en general?
- Utilidad de seguir un método. El método científico.
- ¿Cómo podemos saber que lo que creemos saber es cierto? La cuestión del escepticismo. El ejemplo de los sueños (cf. Matrix).
- ¿Nuestras percepciones reflejan el mundo -la realidad extramental- tal y como es? ¿Cómo llega la información sensorial a nuestro cerebro según la ciencia contemporánea? ¿Qué relación hay entre la película Matrix y la filosofía cartesiana (y en general con la noción de "idea" como representación en la filosofía del siglo XVII)?
- La cuestión del innatismo, el papel de los genes frente al del entorno, de la educación, etc. (Cf. Pinker)



ENLACES
-Apuntes y actividades en la página del MEC: http://recursos.cnice.mec.es/filosofia/f2ruta1.php?id_ruta=19&id_etapa=10&inv=0
-Apuntes y ejercicios: http://www.cibernous.com/autores/descartes/index.html
-Biografía de Descartes: http://www.webdianoia.com/moderna/descartes/desc_bio.htm
-Mente y cuerpo, mente y cerebro: http://platea.pntic.mec.es/~macruz/mente/descartes/indice.html
y para planteamientos actuales: http://platea.pntic.mec.es/~macruz/mente/cuerpo-mente3.htm [Para esta cuestión, relacionada con el dualismo, véase también "filoal"]
-Descartes como científico y mátemático: thales.cica.es-
-Ver ejercicios en http://www.xtec.es/~lvallmaj/taller/atmoder2.htm

PLATÓN: LA REPÚBLICA (Fragmentos)

PLATÓN: LA REPÚBLICA (Algunos fragmentos previos al texto de selectividad que pueden ser relevantes)

-“...Queda por decir, a continuación, de qué modo contaremos con los que preserven la organización política, por medio de qué estudios y ocupaciones se formarán...” (502c, d; p. 323).
-“...Es necesario que los guardianes perfectos [los gobernantes] sean filósofos” (503b, p. 324).
-La combinación de cualidades “naturales” y educación: para recibir “la educación más perfecta” (p. 325) los destinados a gobernar deben poseer dos tipos de cualidades que no suelen darse juntas: por un lado: “La facilidad de aprender, la memoria, la sagacidad, la vivacidad y cuantas cosas siguen a estas, el vigor mental y la grandeza de espíritu, no suelen crecer, bien lo sabes, junto con una disposición a vivir de una manera ordenada, con calma y constancia; sino que quienes las poseen son llevados azarosamente por su vivacidad y se les escapa lo constante” (503c, p. 324) [Recuerda que “lo constante” alude, directa o indirectamente, al mundo de las Ideas].
-Para saber si los candidatos a gobernantes son aptos “hay que probarlos” a través de fatigas, temores y placeres, y “es necesario que se ejerciten en muchos estudios, para examinar si son capaces de llegar a los estudios superiores o bien si se acobardan” (503e, p. 325).-“Pero ¿cuáles son los estudios superiores a que te refieres?”
-“Sin duda recuerdas que, tras haber dividido el alma en tres géneros, examinamos qué es la justicia, la moderación, la valentía y la sabiduría” (504a, p. 325).[Finalmente, se nos dirá –ya en el texto de selectividad– que el objeto del estudio supremo propio de los gobernantes o guardianes perfectos es la Idea de Bien].

PLATÓN (Contexto)

PLATON: República
(El título original de esta obra en griego es Politeia. El término República no debe entenderse en el sentido moderno, como cuando hablamos de “La república española” anterior a la dictadura de Franco).

Este es un modelo sintético de respuesta que el alumno debe completar (recuerda que en la prueba de selectividad ambos contextos se califican por separado: un punto para el histórico y cultural, y un punto para el filosófico).

CONTEXTO HISTÓRICO Y CULTURAL
Durante el siglo V (todas las fechas mencionadas son antes de Cristo) Atenas logra, bajo el gobierno de Pericles un desarrollo espectacular en todos los terrenos. Es la tercera potencia del Mediterráneo (tras Persia y Cartago) y desempeña un papel hegemónico en el Egeo. Vive un período de paz y prosperidad económica. En el plano político se da el gran paso a la democracia (si bien el proceso ya había sido iniciado por reformas anteriores), aunque sólo alcanza a los ciudadanos, dejando fuera a la mayor parte de la población. En cuanto al arte, se lleva a cabo la reconstrucción de la Acrópolis, en la que destacan las obras del Partenón, dirigidas por Fidias. En literatura, es la época de Sófocles (autor de Edipo Rey, Antígona, etc.) y Eurípides. Pericles se rodea de un círculo de intelectuales y artistas entre los que, además de los ya mencionados Fidias y Sófocles, se encuentran Herodoto y los filósofos Anaxágoras y Protágoras.
El diálogo suele situarse en el período de madurez del filósofo, después de fundar la Academia y antes de su segundo viaje a Sicilia. Platón nace [427/428] en las postrimerías del llamado "siglo de Pericles" (su nacimiento prácticamente coincide con el final del gobierno de Pericles -cuando Platón nació hacía aproximadamente un año de la muerte de Pericles-) y en uno de sus momentos más difíciles: la Guerra del Peloponeso [431-404], que enfrenta a Atenas con Esparta. En el año 429 Pericles muere víctima de la peste que diezma la población. Este tiempo de inseguridad marca la juventud de Platón que cuando la guerra termina, con la derrota de Atenas, tiene ya 23 años.Tras la derrota ateniense se impone el régimen oligárquico de Los Treinta Tiranos, en el que hay dos parientes de Platón, después se restablece la democracia [403], y en el año 399 Sócrates es condenado a muerte. Este acontecimiento afecta profundamen­te a Platón. Poco tiempo después realiza su primer viaje a Sicilia y al regreso funda la Academia (donde Platón esperaba educar a "verdaderos" políticos –no como los sofistas-). Hasta la muerte de Platón en el 347 continúa la inestabilidad política y la decadencia del poder ateniense. Mientras tanto el reino de Macedonia surge como la nueva potencia de la región bajo la dirección de Filippo II, padre de Alejandro Magno. Posiblemente la idea de un Estado ideal, como el descrito en esta obra (el diálogo República), tiene su origen en las decepciones que Platón experimentó -en su propia biografía- ante las realidades políticas de su tiempo.

CONTEXTO FILOSÓFICO
Desde el punto de vista filosófico, la democracia de Pericles se caracteriza por la importante presencia de los sofistas y de Sócrates, del que será discípulo Platón. Los sofistas pueden ser considerados como los intelectuales de esa época. Enseñaban las habilidades retóricas necesarias para triunfar políticamente o ser un ciudadano influyente en el sistema democrático. Gran parte de la obra de Platón puede ser entendida como una respuesta a los problemas planteados por los sofistas. La República (como se suele traducir el título griego del diálogo: Politeía) contiene entre otras propuestas la teoría de las Ideas (acompañada del célebre mito de la caverna), con la que el autor se enfrenta al relativismo y al escepticismo defendidos, en mayor o menor medida, por los sofistas.
Puedes ampliar información en http://www.boulesis.com/didactica/apuntes/?a=185 (también encontrarás una sección sobre la actualidad de Platón), http://recursos.cnice.mec.es/filosofia/, y http://www.webdianoia.com/platon/platon_fil_cono.htm